El
plantel que perdió el título en 1984, que no había por
donde, fue cambiado en gran parte. Varios jugadores
partieron a préstamo y con un equipo de sin grandes
renombres se obtuvo el tercer título.
Vicente
Cantatore dejaba el club para asumir la selección, pero
el caos de la ACF lo dejó sin pan ni pedazo. Jorge
Toro recibió al equipo, recomendado por el mismo Cantatore
a los dirigentes naranjas. Su
tarea fue durísima, sin grandes nombres, con algunos
jugadores que dijeron adiós, como Mario Soto.
A
pesar de todos los obstáculos, Cobreloa fue sumando
puntos hasta llegar a definir en la última fecha en
Arica. En el Carlos Dittborn mandó al descenso a los
Delfines, postergando también a Everton, quien luchó
hasta la última fecha el título.
En
un hecho histórico, por el desastre de las competencias
locales, Cobreloa no pudo ir a la Copa Libertadores.
Debió jugar en partidos de ida y vuelta con el vice
campeón de 1984, Cobresal, que en definitiva accedió
al torneo continental.
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