Es extremadamente difícil poder digitalizar este concepto. Pero si recurrimos a la experiencia de cada uno de nosotros, encontraremos gran cantidad de ejemplos.
Las ceremonias son congruentes con un ritmo lento. Resultaría caricaturesco un sacerdote que oficiara un matrimonio hablando a la velocidad que lo suelen hacer los adolescentes.
Cada cultura y cada subcultura tienen sus propios ritmos de comunicación.
El ritmo de por sí no siempre tiene un significado especial, lo que más importa son las variaciones del mismo.
La percatación del ritmo de los participantes por
parte del mediador, y la posibilidad de éste de adecuarse al mismo
es uno de los elementos que podemos utilizar para facilitar un buen "rapport".
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