La cercanía de la cosecha vuelve a alimentar nuestra esperanza de gozar de una época donde podamos recoger exitosamente los frutos del arduo trabajo de todo el año.
Pero para que esto suceda, debemos estar bien preparados, y con respecto a esto, todos nos preguntamos lo mismo: ¿se podrán conseguir suficientes recolectores?
Año tras año, la situación se vuelve más preocupante, pues la mano de obra escasea. Muchos campesinos que antes eran recolectores, han abandonado las veredas, y se han dedicado a otros oficios.
¿Qué hacer entonces?
Igual que sucede en el competido mercado del café, hay que ofrecer un producto atractivo y de buena calidad. Eso quiere decir que debemos convertirnos en la mejor opción dentro de la “competencia” por la mano de obra.
Ser la mejor opción para el recolector es, por supuesto, ofrecerle un buen pago. Pero el asunto va más allá: hoy el recolector también está pidiendo unas condiciones dignas para realizar su trabajo.
Estas personas que se enfrentan a una labor tan dura, que tiene un gran desgaste físico, que trabajan sometidos a las inclemencias del clima, merecen como mínimo una alimentación digna, un lugar aseado y cómodo para dormir, así como para guardar sus cosas con seguridad. De igual forma debemos pensar en ofrecerles espacios para entretenerse después de la jornada.
Recordemos también que el recolector es un ser humano, que en este caso desempeña un papel fundamental para el éxito de la cosecha. Como tal merece un buen trato, y por qué no, recibir estímulos si hace muy bien su labor.
Cualquier esfuerzo que se haga por asegurar su satisfacción, redundará en que los recolectores prefieran nuestras fincas y hagan su labor con más entusiasmo y compromiso.
Finalmente, entonces, los invito a que se den una vuelta por los campamentos y analicen cómo pueden mejorar las condiciones. Estamos en el momento preciso para hacerlo. Es la mejor manera de garantizar con éxito la recolección de la cosecha.
“Por los caminos del café pasa el desarrollo y florece la paz
