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A veces no importa lo que uno haga para resolver un problema, nada parece funcionar. Nada produce los resultados deseados. Por mucho que te esmeras y te esfuerzas para cambiar las cosas todo sigue igual, nada cambia. Entonces es posible que estés haciendo demasiado. Si te has tomado pensando: Yo hago todo el trabajo, yo soy la única o el único que me esmero, y por supuesto la única persona que parece preocuparse por la situacion, entonces te doy ahora mismo la bienvienida al ¡CLUB de los que HACEN DEMASIADO! Esto no significa que no debas esforzarte por lo que deseas o por mejorar la situación, NO, todo lo contrario. Uno siempre debe poner de su parte para que las cosas funsionen mejor. Sin embargo, si el esfuerzo que estás prestando para que las cosas cambien es demasido, si estás consumiendo tu exitensia y todas tus energías y aún las cosas no cambian, no ves resultados, entonces puedo decirte que estás haciendo demasiado. Ahora el problema es que al tu hacer demasido privas a la otra persona de tomar acción. Muchas veces nosotros pensamos que si no insistimos o no nos esforzamos al máximo las cosas no van a funsionar. Sin embargo tomando los balances apropiados en cuenta, cuando uno hace demasiado para mantener una relación, el otro verdaderamente no tiene que hacer nada y se puede recostar. Asi vemos muchas parejas, donde los esfuerzos desmesurados de uno desbalancean los intentos del otro. Esto no significa que debamos vivir bajo la premisa de 50 /50 para todo. Si la pareja está feliz con su desbalance no hay problema. Es sólo cuando alguien se siente incómodo, que deben buscar un balance más apropidado para ambos. A veces vemos parejas donde la esposa es de muchos detalles y su marido no sabe ni decir buenos días, uno gasta mucho dinero y el otro es bien comedido con los gastos, uno es bien organizado cuando el otro es todo lo contrario, un desorden total y cuando uno es bien responsable con sus acciones y el otro no se comporta con responsabilidad. Para darle balance a una situación desbalanceada, siempre recuerda....si estás haciendo demasiado, haz menos y si estás haciendo menos haz un poco más. Hacer Demasido puede sonar muy bonito y muy romántico; en nuestros cuentos de hadas caballeros enamorados morían de amor por su doncella. No obstante, en la vida real es muy agotador y poco productivo. Piensa si haces algo dos o tres veces y no te resulta, el continuar haciéndolo de aquí hasta la eternidad probablemente no te va a resultar, por más romántico que suene. Si al cabo de dos o tres intentos ves los resultados que tu deseas, ¡fantástico!, es claro que te funsiona, pero si luego de varios intentos las cosas siguen de mal en peor, entonces es momento de evaluarar la situación, tal vez abandonar tus esfuerzos e ir en otra dirección. No es fácil tener lo que tu deseas frente a ti y darle la espalda. La lógica nos dice muchas veces que si le das la espalda lo vas a perder. Sin embargo, la lógica no siempre es lo que funsiona. Sorpresivamente muchas veces cuando le damos la espalda a una situación o a un problema éste se resuelve. El balance saludable se restablece, ya sea para la pareja o en cualquier otra situación. Es natural experimentar temor al darle la espalda a un problema, más aún cuando hemos persistido por tanto tiempo y pensamos que si soltamos, las cosas van a empeorar. Sin embargo, es cuando tomamos la dicisión de hacer algo diferente que propiciamos una solución favorable a la situación y por supuesto puede ser muy benefisioso si consideramos reenfocar todas esas energías hacia si mismo. Este es el momento de re enfocarte y pensar qué cosas has soñado hacer por mucho tiempo y por estar preocupandote demasiado no las has hecho. Cosas como tomar clases de piano o de tejer, volver a estudiar, disfrutar algún deporte que te agrade y asi cualquier otra actividad que te de placer o que te de felicidad. La ideas es tomar este momento para ti y para tú ser feliz. Ya no te verán con cara acongojadas, no te verán con tristeza en el rostro, ahora que te vean disfrutando y desarrollandote para tener una vida mejor y más feliz. Haciendo cosas productivas para ti. Ya ves que el insistir haciendo lo mismo es una pérdida de tiempo y esfuerzo. No vale la pena. Espera un tiempo y deja que el balance llegue a la situación o a tu relación. Muchas veces al abandonar nuestros esfuerzos le permite a la otra persona contemplar la situación desde otra perspectiva, sin sentirse presiona, sin sentirse que la obligan y que otra persona le quiere controlar la vida. Dirigir nuestra energía a nosotros mismos. Hacer actividades saludables, entretenidas, instructivas y que nos den felicidad, puede propiciar que la otra persona se sienta fuera, tal vez nos heche de menos, sienta dudas y decida hacer algo diferente, tomar acción y arreglar las cosas. De manera que si un día te das cuenta que estás haciendo demasiado para resolver un problema, dale un giro de 180º a la situación, deja de preocuparte tanto y vierte toda esa energía en ti y ¡Dedícate a ser Feliz! |
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