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Iniciamos la jornada con un buen desayuno, necesario para superar
los 500 kms que nos íbamos a meter al cuerpo. Antes de salir de
Fez, hicimos un recorrido por las murallas de día, lo que nos permitió
observar desde fuera la inmensidad de sus medinas (son dos o tres juntas,
de diversas épocas)
![]() Total, que ya estamos de nuevo en carretera hacia el sur. La primera parada fue en Azrou, ya en el Atlas medio, a unos 80 kms de Fez. Antes, pasamos por Ifrane, lugar curioso porque su arquitectura es propia de Suiza ¡incluso cerca hay una estación de esquí!. Pero en agosto no hay mucha nieve... |
Ésta zona está cubierta de grandes bosques
de cedros, árboles verdaderamente impresionantes, que pueden tener
hasta 200 años de antigüedad y 60 metros de altura. Su
madera tiene un aroma muy agradable. Tomamos una pista forestal y
nos acercamos hasta el célebre Cedro Gouraud. Nos quedamos con las
ganas de seguir andando por aquellos bosques de árboles enormes.
Otro dato curioso: están llenos de monos en libertad. Un poco esquivos, eso sí. Se ve que no tienen buenos recuerdos de los humanos. |
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Lo siguiente, pasar por Midelt y el Alto Atlas por las Gargantas
del Ziz, desfiladero de gran belleza e importancia estratégica.
Ya estamos a las puertas del Sáhara y eso se nota en el ambiente.
La grandiosidad del paisaje habla por sí sola.
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Esa noche pasamos bastante calor, ya a las mismísimas puertas
del desierto. Como consejo, buscad otro hotel mejor: el Tafilalt es bastante
decadente aunque aún conserva cierto atractivo, pero las cucarachas
no lo hacen muy acogedor.
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