Testimonios de ABANSA "Mi Refugio"
Una Forma Diferente de ser Madre
Hola, mi nombre es Sharon L. de Castro.
Soy la madre más joven de los hogares
de ABANSA “Mi Refugio”. Cuando era niña,
no pensé que llegaría a engendrar hijos con el corazón,
o en mi corazón. En mi infancia, a veces me sentía sola;
en mi adolescencia, deseaba tener un hermano mayor para ayudarme en las
tareas de la escuela. Hoy todo ha cambiado: tengo hijos de mi propio vientre,
e hijos de mi corazón, hijos biológicos e hijos afectivos,
muy acompañada en un hogar, dando y recibiendo una cosecha de amor,
como un manantial en la frescura de una mañana interminable. Todo
en el hogar unidos por el himno divino del dulce amor del Padre Celestial.
Y como familia extendida, tenemos a todos los demás Hogares de ABANSA,
¡Qué Feliz!, en ABANSA, DIOS me dio a mi esposo.
Al regresar de la luna de miel, nos esperaba ya un hogar con diez niños;
eran todos hijos del corazón. Es el compromiso de seguir a JESUS;
son los hallazgos en las huellas del MAESTRO; es el haber hecho
caso al llamado que nos ha hecho el SEÑOR a todos los que
hemos creido en EL: “Toma la cruz y sígueme...”
Tenía diez y nueve (19) años
de edad cuando puse la mano en el arado. Era el final de mi adolescencia
y el principio de mi juventud; pero el MAESTRO se merece lo mejor.
Tuvo a bien mi SEÑOR, con su mano santa, formar en mí
una Mamá, tal vez de una flor que todavía no terminaba de
abrirse. Mas así son los designios inequívocos del SEÑOR.
Es cuando le decimos a JESUS que lo
amamos, entonces corremos el riesgo de oír de sus labios tiernas
órdenes como: “Apacienta mis corderos”. No es fácil ser madre
tan joven, pero mayor es el fraseo de JESUS, que todas nuestras
limitaciones, y es hermoso oír palabras de aliento como: “... Vuestro
trabajo en el SEÑOR no es en vano” (1Corintios 15:58). He
visto la mano del SEÑOR ayudándonos en el Hogar, a
resolver los problemas. Su santa copa se ha derramado sobre mi espíritu,
dándonos luz y sabiduría.
Hoy tengo ventiocho (28) años de
edad. De estos he vivido nueve al frente de un hogar, siempre con un promedio
de diez niños. Junto con mi esposo hemos podido ayudar a muchos
de ellos. Algunos ya salieron del Hogar, siempre llevando la unción
de nuestras oraciones, la lección del amor de DIOS, y el
mismo testimonio de nuestras lágrimas intercesoras por la formación
de sus pasos en el SEÑOR; y hoy el compromiso crece. Estamos
dispuestos a seguir con el ministerio, dispuestos a cubrir con la bandera
del amor del Padre a muchos niños, que desde su soledad nos piden
auxilio. No podemos, ni queremos negarnos al compromiso. Usted, usted,
señorita que lee estas líneas, debe seguir el relato santo
de lo que significa UNA FORMA DIFERENTE DE SER MADRE. Usted que tiene un
corazón joven y cristiano, engendre en él nidos de vida para
otros niños abandonados, niños que no han nacido para la
felicidad, niños que desean tenerte a Tí como Madre afectiva,
ya que su familia biológica les falló. Ellos necesitan gestarse
en tu corazón para la VIDA.
Su Amiga, una madre joven,
Sharon L. Castro
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