En Noche Lluviosa
En noche lluviosa
por triste y oscura,
terrible y odiosa,
el alma delira
fantasma agorero
que cuya negrura
verdad ó mentira
infunde pavor.
Danzaba gozoso
a despecho del crudo,
voraz tenebroso,
elemento inclemente
mirando los ojos
que loco y demente
fantasma fulgente
me hacia soñar.
Danzaba olvidando
que el tiempo pasando
traía el momento
terrible y odioso
en que concluyendo
su dulce transcurso
debia su magia
de prisa morir.
Y al fin, cuando hubo
llegado el momento
en que los dos cuerpos
quedáronse quietos
ansiando anhelantes
llegara delante
del próximo instante
una magia mayor.
Llegó por caminos,
senderos de estrellas
de labios de ella
magia superior.
Un sí trasladaron
sus ojos al aire,
cuál respuesta bella,
sencilla, de amor
Afuera la lluvia
caía con fuerza,
bulliciosa y loca,
tenue y sideral.
Velozmente el viento
impulsabala contra
los puros cristales
del gran ventanal.
Que importa que llueva,
que el trueno retumbe,
que el rayo deslumbre,
que no alumbre el sol
si allá en el fondo
de amadas pupilas
se vé que rutila
delicada luz.
José Aele