Quiero que sepas una cosa...
Tu sabes como es esto: 
si miro 
la luna de cristal, la rama roja 
del lento otoño en mi ventana, 
si toco 
junto al fuego 
la impalpable ceniza 
o el arrugado cuerpo de la leña, 
todo me lleva a ti, 
como si todo lo que existe, 
aromas, luz, metales 
fueran pequeños barcos que navegan 
hacia las islas tuyas que me aguardan. 

Ahora bien, 
si poco a poco dejas de quererme 
dejaré de quererte poco a poco. 

Si de pronto me olvidas 
no me busques 
que ya te habré olvidado. 

Si consideras largo y loco 
el viento de banderas 
que pasa  por mi vida 
y te decides 
a dejarme a la orilla 
del corazón en que tengo raíces, 
piensa 
que en este día, 
a esa hora 
levantaré los brazos 
y saldrán mis raíces 
a buscar otra tierra. 

Adiós...

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