La mayoría le llaman Filípides,los menos Diomedón, e incluso dicen que
jamás existió el guerrero que corrió desde la llanura de Marathón,
hasta Atenas, para evitar que sus propios habitantes incendiaran su
ciudad, por temor a que cayera en poder de los ejércitos persas, en la
primera guerra médica, año 490 a.c.
Un temor que le llevó a correr los más de 40 kms que separan ese lugar
de Atenas.Un esfuerzo que le hizo morir de fatiga al poco de comunicar
a sus compatriotas que habían ganado (y antes de quemar la ciudad).
En 1896 el Barón Pierre de Coubertín consiguió instaurar de nuevo las
Olimpiadas, y era tal la proeza que representaba acabar el maratón
que una "dama" adinerada de EE.UU. prometió casarse con el ganador
(parece ser que no entraba en sus planes los pastores, ya que rompió
la promesa). Ganó un griego llamado Spiridón Louis (1871-1940) que
conocía muy de cerca lo que era correr detrás del ganado lanar. Por lo
que se sabe y debido a la gran cantidad de regalos que recibió de sus
compatriotas jamas añoró a la relamida dama. El Comité Olímpico
Internacional había fijado la distancia en 40 kms.
Unos años después, en Londres, la reina tenia deseos de dar la salida
a tan esforzados deportistas... y para ello nada mejor que alargar
unos kilómetros la distancia para que pudiera ser desde las puertas
de su estimado palacio. Gracias a "su majestad", nos encontramos con
42,195 kms que aun hoy en día hacen fallecer de vez en cuando de
extenuación a alguno de sus participantes.
Por tradición se podría decir que la más importante es la de Boston,
(la mas antigua), pero por el número de participantes y por la fiesta
general que organizan sus habitantes, quizá sea Nueva York.
De todas maneras aun quedan lejos de mi bolsillo, así que os comentaré
las que he corrido.
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