Al principio se nos presenta al joven hombre de acero cuando decide dedicarse a luchar contra el mal. En ese momento el traje que usa (uno de los puntos más peliagudos de todo el proyecto) es un cruce entre el de Batman y el de Eduardo Manostijeras con un cierto aire alien. No le falta una gran S plateada en el pecho. En el segundo acto de la película aparecen los dos villanos: el ya conocido Lex Luthor y uno nuevo, Brainiac.
Bajo el psicopático nombre de este nuevo villano se esconde ni más ni menos que el supuesto responsable de la destrucción de Krypton, tierra natal de Superman. Éste crea un aparato que impide que los rayos del sol le proporcionen a Superman la energía que necesita. Es el momento apropiado para acabar con Superman de una vez por todas, Doomsday, uno de los subordinados de Brainiac lucha contra él y lo derrota. La noticia conmociona al mundo: el hombre de acero ha muerto. Pero en realidad sólo ha quedado mal herido, y se retira a su Fortaleza de la Solitud para recuperarse de sus heridas. Es entonces cuando aparece un segundo traje. Es de color metálico, y le marca todos los músculos y los tendones, dándole un aspecto robótico.
En su residencia de reposo se encuentra el personaje de KAY que se ocupa de él y de su recuperación. Habiéndose curado, se pone su tercer y definitivo traje para acabar de una vez por todas con las fuerzas del mal. Es de color azul marino y no lleva calzones rojos, ni botas rojas ni cinturón amarillo, con una gran S metalizada en el pecho. Además, llevará una capa de color púrpura oscura, casi rojo sanguíneo. Pero claro, los malos no se dejarán pillar desprevenidos, tienen una arma secreta que resulta ser terrible: Lex Luthor y Brainiac se fusionan en un solo ser llamado Luthiac. Y después...
Más no podemos contar, ya que les estropearía la
emoción. Como antes ya hemos dicho, este argumento es provisional, así como la misma
película, que ni siquiera es seguro que se ruede. Crucemos los dedos.