En el Perú, es por todos bien sabido, que los equipos más populares y con mayor historia en el fútbol peruano son Universitario de Deportes y Alianza Lima.
Haciendo una analogía, vendrían a ser como River y Boca en la Argentina
, el Colo Colo y U de Chile o el Fla-Flu carioca.
Estos dos equipos han venido enfretándose a lo largo de la historia
mostrando dos escuelas bastante diferentes e identificadoras.
Los cremas empleando un juego siempre aguerrido y luchador. Los blanquiazules por su parte, mostrando habilidad y picardía.
Estas características de juego sumadas a factores no necesariamente
deportivos en sus orígenes, contribuyeron a que la rivalidad entre
ambos equipos creciera en el tiempo, llegando a convertirse cada una
de sus enfrentaciones en más que un simple partido de fútbol...
El partido se jugó en el antiguo estadio de madera y como era de esperarse a estadio lleno. Las entradas se habían agotado varias horas antes del cotejo, a pesar que ambas instituciones habían acordado subir los precios de las entradas, (situación que se da también ahora) La general costaba un sol mientras que la preferencial se vendió a un sol cincuenta. El partido se jugó en Setiembre de 1928 y tuvo como preliminar un animoso encuentro disputado entre el Chalaco y el Sport Progreso, el cual terminó 3-2 a favor de los primeros.
Tanto Alianza como Universitario habían realizado una buena campaña, sin embargo no llegaban en igualdad de condiciones para el encuentro, al menos en el aspecto emocional.
Alianza en ese entonces necesitaba sólo de un empate para dar la vuelta , mientras que los cremas venían de una derrota frente el "Progreso".
. Sin embargo ya por ese entonces, era bastante difícil animarse a pronosticar un resultado.
Los cremas se adelantarían en el marcador a los 7 minutos de empezado el encuentro. Un fuerte disparo de Góngora vencería la valla aliancista ante la sorpresa general.
El primer tiempo acabaría con el resultado a favor de los estudiantiles, quienes con un juego simple y efectivo habían logrado ponerse en ventaja frente al equipo que,
por esos tiempos, se decía era el exponente máximo del fútbol peruano.
El segundo tiempo empezaría con ataques insistentes por parte de la gente aliancista quienes heridos en su amor propio trataban por todos los medios de emparejar las acciones.
Universitario jugaba con la tranquilidad que le otorgaba el marcador y el transcurrir de los minutos. Prácticamente seguía utilizando el mismo sistema que le había permitido mantener la mínima diferencia en el primer tiempo.
Pasaban los minutos y el partido se fue tornando algo brusco, perdiendo en ritmo debido a las constantes paralizaciones. Se empezaba a pensar más en las piernas de los rivales que en generar buen fútbol. Así transcurrirían algunos minutos más de esta segunda etapa, hasta que la anulación de la segunda anotación merengue, tras gran jugada de Souza, caldearía los ánimos de los estudiantiles, quienes debido a la impotencia sentida ante la determinación del juez (de nacionalidad uruguaya) empezarían a caer en el juego sucio empleado por los victorianos, hecho que determinaría el comienzo del fin del partido. Vendrían como ya es parte de de todo clásico, las infaltables expulsiones: Quintana saldría por agresión contra el capitán merengue De las Casas, dejando en inferioridad numérica al cuadro blanquiazul. Minutos más tarde, y graficando el ambiente en el que se desarrollaban las acciones sale expulsado De las Casas por la U y Rostain por Alianza por agresión mutua. Este ambiente hostil se trasladaría también a las tribunas en donde los primeros insultos y enfrentamientos eran evidentes constituyéndose en un hecho sin precedentes en
la historia del deporte nacional
El partido se le fue de las manos al árbitro quien no tuvo otra alternativa que pedir apoyo policial para apaciguar los ánimos de los jugadores y público en general, ante lo que parecía se convertiría en una inminente bronca general.
Del fútbol no se supo más, patadas arteras y pierna fuerte serían el común denominador en esta segunda mitad, situación que traería como consecuencia nuevas expulsiones:
saldrían Soria y el recordado "Manguera Villanueva", ambos del cuadro victoriano por juego desleal.
Finalmente, la justa expulsión de García tras trabar a Ruiz dentro del área blanquiazul, obligaría al juez del partido a dar por concluído el match. Alianza no podía continuar el partido con seis hombres.
Los universitarios ganaban así, el primer clásico de la historia del fútbol peruano!.
Universitario
| Alianza
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