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MARÍA CAYETANA AGNESSI

 

Nació en Milán, Italia, el 16 de mayo de 1718. Demostró desde muy pequeña su facilidad para el estudio de las lenguas; así a los 5 años ya hablaba el francés y a la edad de 9 el latín; a tal grado llegó su nivel de conocimiento del latín que hasta pudo pronunciar delante de una asamblea un discurso.

A los 11 años ya hablaba el griego tan bien como el italiano, después aprendió con mucha facilidad el alemán, el español, el hebreo e hizo muchos estudios sobre las lenguas orientales, por lo que sus contemporáneos de dieron el nombre de la "Políglota Ambulante".

Estudió con su padre, que era catedrático de la Universidad de Bolonia, álgebra y geometría elemental; además de geometría analítica y literatura con Ramiro Rampinelli.

Se dedicó a estudiar matemáticas, en las cuales encontró el campo perfecto a su poderosa inteligencia.

Escribió primero un Comentario sol Tratado delle sezioni coniche di Hôpital, y a los 30 años (1748) su célebre Denotitutioni Analitiche, tratado de cálculo integral y diferencial. La Academia de Ciencia de París declaró que su libro era superior a otros que se habían escrito con anterioridad en este tema; muchas academias y sabios la llenaron de elogios.

Al cálculo aportó, en su tratado, la Curva de Agnesi.

María Teresa le regaló un anillo de diamantes, y el Papa Benedicto XIV le envió una corona de piedras preciosas y oro, además de nombrarla su lectora honoraria, y a los 32 años fue maestra de matemáticas en la Universidad de Bolonia, sustituyendo a su padre en la cátedra.

Los sentimientos de María Cayetana eran nobles y elevados como su inteligencia; por su caridad y fervor religioso que siempre sintió y que su padre había reprimido; a la muerte de éste, renunció a todos los honores y comodidades de la vida, vendió sus alhajas y compró en las afueras de Milán una casa donde acogió a muchos enfermos, para darles sus cuidados, llegando hasta implorar caridad pública para que no faltara nada a sus protegidos.

Muerta su madre tuvo que asumir el gobierno de la casa y dedicarse al cuidado de una numerosa familia, cosa que no le impidió continuar sus estudios. Intentó fundar un hospital permanente para mujeres, pero no logró el éxito deseado por falta de recursos.

Murió en Milán el 9 de enero de 1799.

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