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21 DE NOVIEMBRE: CANONIZACIÓN DE DIEZ MÁRTIRES ESPAÑOLES

 

El 21 de noviembre de 1999, festividad de Jesucristo Rey del Universo, el Papa Juan Pablo II presidió la canonización de diez mártires españoles. Son los primeros mártires de la última persecución religiosa en España (1931-1939), en ser proclamados santos. Junto a ellos, serán canonizados otros dos italianos.

Se trata de nueve hermanos de la Salle y de un padre pasionista. Ocho hermanos de la Salle, junto a su capellán, el padre pasionista Inocencio de la Inmaculada, son los llamados mártires de Turón, asesinados en esta localidad asturiana en octubre de 1934; el noveno es el tarragonés Jaume Hilari Barbal, fusilado en Tarragona en febrero de 1937. Los diez fueron beatificados por el Papa Juan Pablo II el 29 de abril de 1990.

Los nombres de los otros ocho hermanos lasallanos santos son Cirilo Bertrán, Marciano José, Victoriano Pío, Julián Alfredo, Benjamín Julián, Augusto Andrés, Benito de Jesús y Aniceto Adolfo. Uno de ellos, Héctor Valdivielso Sáez, de nombre de pila, será el primer santo nacido en Argentina.

 

 

SAN HECTOR VALDIVIELSO

Testigo de la escuela cristiana

 

Nace el 31 de octubre de 1910 en Buenos Aires, donde sus padres Benigno Valdivielso y Aurora Sáez. Habían venido a radicarse. Es bautizado en la Iglesia San Nicolás de Bari, en aquel entonces, en el lugar que hoy ocupa el obelisco.

Héctor es aún niño, cuando su familia se traslada a España y se establecen en Briviesca (Burgos) donde conoce a los Hermanos de las Escuelas Cristianas, Hermanos de La Sale, y bien pronto sintoniza con su misión específica de educación cristiana en los jóvenes, especialmente los pobres.

Deseoso de ser como ellos, Héctor ingresa en el aspirantado lasalano de Bujeda. Sus sueños de apostolado se agrandan.

Quiero ser Hermano "misionero’... en Brasil, en Argentina o en cualquier lugar que lo destinen. Acepta con gozo la invitación de los superiores de trasladares a la Casa central (Lembecq-Bélgica) para preparse como misionero.

Termina el noviciado, pronuncia su consagración a Dios mediante votos. Y regresa a España para completar sus estudios. Por ahora, a los superiores no les parece oportuno enviarlos a las misiones . Al joven Hno. Héctor, Dios le reserva otros horizontes.

Inicialmente despliega su celo apostólico en Astorga (León) con su primer grupo de clase de 96 alumnos que conduce con acierto. Ama a sus alumnos. Y ellos también lo aman. Siguen cuatro años de profundas satisfacciones en su labor educativa en el aula. Al mismo tiempo anima a grupos apostólicos (Acción Católica, Cruzada Eucarística...), difunde la buena prensa y escribe encendidos artículos para el periódico local "La Luz de Astorga".

Su fuego interior, incontenible, se siente estimulado a aún más por la creciente tensión política y religiosa que vive el país, en ese alarmante despertar de la República española.

En Agosto de 1933 es trasladado a otra escuela popular (Turon- Asturias). Su trabajo y sus compromisos no aflojan. Más bien crece su ardor y su entrega, que comparte con los otros siete Hermanos de Comunidad.

El 5 de octubre de 1934 los 8 Hermanos son arrestados durante la Misa, concentrados en la Casa del Pueblo transformada en presión, y luego condenados a muerte y fusilados sin juicio alguno el 9 de octubre. Simplemente por ser religiosos educadores "testigos de la Escuela Cristiana". Valdivielso fue fusilado por que no quiso renunciar a su fe católica. Murió al grito de "Viva Cristo Rey".

Con estos 8 Hermanos de La Sale fue también condenado y fusilado el Padre INOCENCIO, pasionista, que ejercía ocasionalmente su ministerio sacerdotal en la misma escuela.

Al día siguiente – 10 de octubre 1934- con la presidencia del entonces Cardenal Eugenio Pacelli (luego Papa Pío XII), alboreaba en Buenos Aires, cuna de nuestro beato, el 32º Congreso Eucarístico Internacional y con él, el despertar misionero de la Iglesia Argentina.

 

SEMBLANZA DEL SANTO

 

 

EL MILAGRO DE LA CANONIZACION

Accedió al proceso de canonización gracias a los rezos de un fiel nicaragüense quien pidió a los mártires que intercedieran ante Dios y salvaran a su esposa, gravemente enferma.

Mientras Rafaela Bravo Jirón, de 24 años, se debatía entre la vida y la muerte en un hospital de Managua, en donde los médicos le habían pronosticado sólo dos semanas más de vida. Su esposo –exalumno lasallano- siguió el consejo de la congregación y rezó dos novenas a los mártires entre el 9 y 29 de abril de 1990.

La noche del 29 de abril, Rafaela sintió unos dolores fortísimos tras los cuales expulsó una masa visceral extraña y al día siguiente estaba totalmente curada, sin que la ciencia pudiera explicarlo.

Las oraciones, según el proceso conducido en la Congregación para la causa de los Santos surtieron el efecto querido y una comisión médica estableció que se trataba de una curación inexplicable.

Posteriormente, la Junta Médica del Vaticano, estableció la completa sanación de la mujer nicaragüense, ocurrida el mismo día de la beatificación de los religiosos.

 

 

ORACIÓN:

Señor Dios y Padre nuestro, Tú que has hecho del Beato Héctor y de sus siete compañeros mártires, educadores de la niñez y de la juventud, testigos de la fe hasta dar la vida por ello, te pedimos, que por sus méritos y su intercesión, que, fortalecidos por el Espíritu Santo, nos dediquemos con fervor al anuncio del Evangelio, por nuestro Señor Jesucristo. Amén

 

Pila bautismal de la antigua Iglesia San
Nicolás de Bari, en la que bautizaron a
Héctor en 1913

 

San Agustin San Ezequiel Moreno Virgen de Luján