Diversos sectores políticos y sociales, por distintas consideraciones y con diferentes propuestas y programas para una salida a la actual crisis del país, hemos coincidido en la organización de un movimiento que llama al pueblo colombiano a votar en blanco en las dos vueltas de las próximas elecciones presidenciales.
El voto en blanco no es un acto de abstención, es una expresión consciente y deliberada como posición de rechazo al elenco actual de candidatos. Ofrece una opción a cuantos están marginados del espacio político a causa de la acción excluyente y violenta de los agentes estatales y paraestatales y del régimen antidemocrático.
La coincidencia de partidos y sectores comprometidos con el voto en blanco tiene fundamento en la convicción de que el país no está condenado inexorablemente a padecer la crisis acarreada, entre otras cosas, por la hegemonía de los partidos tradicionales, cuyos candidatos principales sólo representan la perpetuación de las políticas que han sumido a la inmensa mayoría de la sociedad en la calamitosa situación actual.
Es inaceptable el clima social que condena a millones de hombres y mujeres al desempleo, los genmocidios impunes que suscitan la viva reprobación nacional e internacional, la enorme concentración de la riqueza en pocas manos y la corrupción en los estamentos fundamentalmente estatales, reclaman una acción organizada que obligue a las autoridades a cumplir el deber de amparar la vida y las garantías sociales. La defensa de la soberanía y la dignidad nacionales, violadas por la injerencia del estado norteamericano, exige igualmente la movilización de toda la población.
Por encima de las diferencias accidentales que separan a los principales candidatos, ninguno de ellos representa el compromiso con un cambio real que saque al país de la profunda crisis económica, política y social en que está inmerso.
El voto en blanco no se limita a rechazar las diferentes manifestaciones de la crisis nacional. Llama a todos los sectores políticos y sociales realmente comprometidos con la necesidad de un cambio de la situación actual, a conformar un movimiento, el MOVIMIENTO POR EL VOTO EN BLANCO, que permita debatir otros programas y propuestas de salida a la crisis en las dos vueltas electorales para la presidencia.
Nuestra acción unitaria está abierta a que los diversos integrantes del MOVIMIENTO POR EL VOTO EN BLANCO presentemos en los actos de impulso a la campaña, nuestras distintas propuestas o programas ante la grave crisis del país.
Integrantes: