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Comité Central del Partido Popular Socialista | México
 
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Plataforma Electoral Mínima 2000-2006

A. Introducción

El proceso electoral para renovar los poderes Ejecutivo y Legislativo federales contiene, en esta ocasión, elementos inéditos.

Uno muy importante, de carácter negativo, consiste en que por primera vez en medio siglo no participará en el proceso electoral con plenos derechos jurídicos ningún partido que represente los intereses de la clase trabajadora ni, por tanto, del pueblo de México. En efecto, privado de su registro el Partido Popular Socialista y sin que haya aparecido otro que en la realidad enarbole consecuentemente las demandas de la izquierda, sólo contenderán diversas corrientes de la burguesía.

Otro elemento, éste de carácter positivo, consiste en que por primera vez desde que llegaron los neoliberales al poder, pronto hará 18 años, cambió la correlación de fuerzas en la arena nacional, en contra de ellos, es decir, en el PRI no habrá una candidatura típicamente neoliberal.

En estas nuevas circunstancias, el mayor peligro para la nación mexicana y su pueblo, lo representa el partido de la derecha, el PAN, con su candidato presidencial, Vicente Fox, dispuesto a profundizar el proceso de entrega de las riquezas nacionales al capital financiero internacional, y de derechización que se ha venido dando durante los últimos sexenios.

Por lo expresado, otro peligro importante lo representa la posición de quienes, con el pretexto de que lo urgente es que nuestro país consume su "transición a la democracia", se apresuran a tratar de sumar el mayor número de agrupaciones políticas en una alianza que, dada la correlación de fuerzas predominante, sin la mayor duda sería encabezada ideológica, política y programáticamente por el partido de la derecha.

Para el Partido Popular Socialista está claro que la tarea fundamental de este momento no puede ser otra que la de derrotar y aislar a la derecha. Esto obliga a desenmascarar y combatir ideológica y políticamente, a quienes con cualquier pretexto le hacen el juego.

Ahora bien, si conseguimos el objetivo de derrotar a la derecha tradicional, pueden darse dos escenarios. Uno sería el que llegue al gobierno un grupo socialdemócrata que impulsa la llamada tercera vía que no es más que el neoliberalismo con algunos ajustes en cuanto a sus efectos depredadores para la mayoría de los mexicanos, pero que mantiene en lo esencial la política que deja en manos del gran capital los destinos de nuestra patria.

Un segundo escenario permitiría que arribe al gobierno una corriente partidaria del nacionalismo revolucionario que retome la vía abierta por la Revolución Mexicana para que México transite hacia su definitiva independencia. El Partido Popular Socialista, por hoy sin registro electoral, está dispuesto, sin embargo, a contribuir a la orientación ideológica y política del pueblo de México y a que se integre el más amplio frente que sea posible, con el propósito de impulsar una solución patriótica y progresista al proceso de renovación de poderes del año 2000. Con esos propósitos ha elaborado el presente documento.

B. Diagnóstico

Durante los últimos 17 años el país ha sufrido las consecuencias de la aplicación del proyecto neoliberal dependiente del imperialismo, que conlleva el abandono del camino emanado de la Revolución Mexicana y, en contrapartida, una creciente dependencia respecto del imperialismo en asuntos fundamentales de la vida nacional. Además, el pueblo ha sufrido de manera brutal las consecuencias de esa política, que ha conculcado muchas de las garantías individuales y sociales, reducido drásticamente el poder adquisitivo del salario y sumido en el desempleo, la miseria y la desesperanza a millones de compatriotas.

La política económica va en sentido inverso de nuestras luchas históricas y conquis-tas revolucionarias. Se ha desmantelado, en gran medida, el sector estatal de la economía, lo que disminuye la base material de nuestra soberanía y permite que se cedan decisiones fundamentales que nos son propias para que las ejerzan los instrumentos financieros del imperialismo: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Se impulsa la economía especulativa que desalienta la inversión, concentra desproporcio-nadamente el ingreso y genera un agudo déficit del sector públi-co que vanamente se intenta compensar con reducciones presupuestales que reducen drásticamente los recursos destinados a atender los problemas sociales.

Se ha descargado sobre la clases trabajadora y el pueblo todo el peso de la crisis, se ha fomentado la desnacionalización del aparato productivo y se ha reducido, junto con el mercado interno, el consumo de los mexicanos así como sus expectativas de una existencia decorosa.

El derecho al trabajo, a la salud, a la educación y a la vivienda, han quedado como letra muerta en nuestra Constitución. Los derechos sindicales no se respetan, se viola la Ley Federal del Trabajo para favorecer al gran capital, se privatizan paulatinamente los servicios de salud, la educación media superior y superior se elitiza cada vez más y millones de jóvenes mexicanos quedan al margen de ella y contar con una vivienda digna y decorosa es algo fuera del alcance para la mayoría del pueblo de México.

Los derechos políticos se ven limitados por una crecien-te privatización de la vida política nacional que desalienta la participación ciudadana y fomenta el absten-cionismo. La propaganda política ha sido sustituida por la mercadotecnia y se incrementa cada vez más la participación del financiamiento privado para los partidos políticos, por encima del público. En la práctica, sólo la burguesía y, sobre todo, los sectores con mayores recursos tienen el derecho real de participar en los procesos electorales.

La facultad suprema de autodeterminación del pue-blo mexicano, en lo interno y en lo externo, esta siendo nega-da o puesta en entredicho.

La acción gubernamental ha sido, en su conjunto, regre-siva y antipatriótica. Ha interrumpido el proceso de integración nacional, precipitado nuestra incorporación al mercado norteamericano y lesionado severamente la industria mexica-na, particularmente la mediana y la pequeña. El abaratamien-to de la mano de obra y la apertura indiscriminada de nuestra eco-nomía configuran un modelo neocolonial, que puede volverse irreversible, fundado en la entrega de nuestros recursos estratégicos y disponibilidades productivas a los intereses hegemónicos del capital financiero internacional.

Se nos ha convertido en un país tributario. Median-te la explotación inicua del trabajo humano y el deterioro de las condiciones de vida de la población, se acumulan recursos para transferirlos al extranjero. La dependencia alimentaria se agudiza y la supeditación científica y tecnológica ahoga la creatividad de los mexicanos, mientras sus capacidades se degradan en las economías subterráneas y se acrecienta la migración en búsqueda de la supervivencia.

Presenciamos un proceso de degradación biológica del hombre y la naturaleza. Los hacinamientos urbanos, el aban-dono del campo, la depredación de los recursos naturales y la contaminación del aire, las aguas y los suelos son estimuladas por el profundo deterioro de los niveles de vida y la escasa participación del pueblo en la toma de decisiones.

El empecinamiento de seguir pagando la deuda externa, que desde hace mucho es impagable, a costa del crecimiento económico y del bienestar popular ha hecho que los trabajadores mexicanos pierdan el 75 por ciento de su poder de compra en estos 17 años de gobiernos neoliberales, mientras un pequeño sector acumula grandes riquezas, lo que ahonda día con día las desigualdades sociales en términos inadmisibles. Por ese camino el país se ha convertido en exportador neto de capital y ha venido aceptando condiciones cada vez mas gra-vosas impuestas desde el exterior que hacen extremadamente vulnerables nuestra economía y comprometen nuestra inde-pendencia política

C. Propuesta

Las fuerzas democráticas y progresista de México siempre han sabido unirse frente a la adversidad por encima de intereses menores y lo han hecho para encabezar las luchas del pueblo por su independencia política primero y económica después. Existen hoy las condiciones y la necesidad inaplaza-ble para iniciar un esfuerzo por la reconstrucción del país, la recuperación de su proyecto de desarrollo independiente y la reconquista de la autonomía y de la identidad nacionales.

Tenemos el deber ineludible de integrar un frente común que agrupe a los trabajadores del campo y de la ciudad, a las clases medias, a los jóvenes, a las mujeres y a todos los mexicanos de convicciones patrióticas que impida la perpetuación de camarillas con-trarrevolucionarias en el ejercicio del poder publico.

Un frente que se convierta en valladar contra el avance de los sectores reaccionarios y las acechanzas del exterior, que sea capaz de cambiar la correlación de fuerzas políticas y sociales. Só-lo así lograremos detener la política entreguista y antipopular.

Este frente debe proponerse frenar el proceso de privatizaciones y llevar al Estado a retomar algunas de sus funciones que permitan defender nuestra ya disminuida independencia económica y mejorar las condiciones de vida del pueblo y para ello debe proponer al pueblo de México, cuando menos, la siguiente

PLATAFORMA ELECTORAL

I.- Impulsar el desarrollo económico independiente

Nuestro país necesita que se detenga la aplicación del modelo neoliberal para iniciar un proceso que permita recuperar nuestro proyecto de desarrollo nacional, hoy abandonado por la entrega de los recursos del país a los centros financieros internacionales y por los privilegios otorgados a la especulación que ahoga la actividad económica.

Necesita que se modifiquen substancialmente nuestras relacio-nes económicas con el exterior. Necesita una nueva política en torno a la deuda externa y a los tratados de libre comercio. Necesita que se restablezca nuestra decisión soberana sobre los procesos económicos para emprender la aplicación de un proyecto con criterios nacionalistas y populares.

Para ello es indispensable:

a.- Suspender el pago, parcial o totalmente, del servicio de la deuda externa, en tanto se renegocian condiciones menos injustas. Limitar los pagos a un reducido porcentaje de nuestros ingresos por exportaciones después de haber satisfecho las necesidades del desarrollo na-cional. Prohibir la contratación de deuda nueva para pagar la antigua y cualquier convenio relativo al tema que nos traten de imponer los instrumentos financieros del imperialismo.

b.- Recuperar plenamente nuestra soberanía económica y sustituir la apertura comercial indiscriminada y la integración subordinada en zonas de libre comercio, con una forma equilibrada que combine apertura y protección, fortalecimiento del mercado interno e incremento creciente del intercambio con el exterior.

c.- Detener la política de privatización de empresas públicas y la venta de activos de empresas mexicanas y, regular la venta de recursos naturales al exterior, para salvaguardar el patrimonio de las futuras generaciones, reduciendo drásticamente la exportación de petróleo, gas y otras materias primas fundamentales.

d.- Destinar un alto porcentaje del producto nacional a la inversión productiva y sustituir paulatinamente el papel de motor de la economía que el neoliberalismo le ha asignado al capital financiero internacional y a los monopolios de capital privado nacional, para otorgárselo al sector estatal en cuyas manos deben estar las áreas estratégicas y todas aquellas que sean prioritarias para impulsar el crecimiento económico, y asegurar la existencia de las más variadas formas de propiedad social.

e.- Financiar el desarrollo fundamentalmente con recursos propios, para lo cual se hace necesario aumentar la equidad y la eficiencia del sistema fiscal, gravar las ganan-cias especulativas y la transferencia de capital al extranjero y asegurar altos rendimientos económicos y sociales de las empresas públicas. Reconstruir el sistema bancario y evitar que pase a manos del capital externo.

f.- Devolver al texto del Articulo 27 Constitucional su esencia revolucionaria. Impulsar decididamente la presencia del Estado, en asociación con ejidatarios, comuneros y trabajadores, en la producción agropecuaria, pesquera y agroindustrial y mejorar constantemen-te sus rendimientos económicos y sociales

g.- Establecer un plan de desarrollo en función de las necesidades y los recursos del país, que disminuya la dependencia de insumos impor-tados, satisfaga plenamente las necesidades del mercado interno y genere excedentes para la exportación. Hacer de la ciencia prioridad fundamental, desarrollar la investigación y alentar la innovación, para elevar sistemáticamente la productividad.

h.- Emprender un combate a fondo contra la contaminación y proceder a la reconstrucción del medio físico, procurando el aprovechamiento racional y la debida protección del suelo, el subsuelo, los bosques, las selvas tropicales, los mares, las aguas internas, y demás riquezas naturales. Proscribir toda conducta atentatoria contra el ambiente, fomentar una cul-tura de respeto a la naturaleza y promover tanto la investigación científica y tecnológica como la cooperación del individuo y la comunidad en favor del mejoramiento del entor-no, para lograr un desarrollo sustentable.

II.- Elevar las condiciones de vida del pueblo

Nuestro pueblo necesita que se erradique la pobreza y la miseria, requiere una política económica que promueva el empleo y recupere el poder adquisitivo de los salarios.

Necesita que la inversión social atienda las necesidades fundamentales de la población en materia de salud, educación y vivienda, con la finalidad de que paulatinamente amplíen su cobertura y gratuidad, hasta que esos derechos constitucionales sean una realidad para todos los mexicanos

Para ello es indispensable:

a.- Aumentar substancialmente la oferta de alimentos y medicamentos básicos a bajo costo, restablecer el control de precios de los bienes indispensables para la subsistencia, reducir la intermediaron innecesaria para favorecer a productores y consumidores, disminuir las tasas de interés y sustituir la actual economía especulativa concentradora del ingreso por una productiva y ampliamente distributiva.

b.-.Fortalecer el ingreso y el consumo del pueblo trabajador elevando el poder adquisitivo del salario hacia su nivel histórico mas alto (1976), estableciendo el ajuste automático de los salarios mínimos y de las pensiones por encima del aumento de los precios y asegurando el carácter remunerador de los ingresos de todos los trabajadores del campo y de la ciudad.

c.- Fomentar el empleo mediante programas específicos que comprendan el apoyo a la pequeña y mediana em-presa, la reorientación de la inversión publica, la capacitación intensiva de la mano de obra y el desarrollo de diversas formas de economía social.

d.- Eliminar la miseria y reducir substancialmente la marginación, mediante programas combinados de obras publicas, empleo, salud, educación y vi-vienda.

e.- Impulsar la escuela pública a todos los niveles. Emprender una profunda reforma de los contenidos, los métodos y la organización del sistema educativo. Alentar el desarrollo de una pedagogía nacional y la dignificaron del magisterio y fortalecer la educación técnica y superior. Garantizar el acceso real a la educación media superior y superior, para los hijos de los trabajadores del campo y la ciudad, a través de un sistema nacional de becas, como primer paso para hacer de la educación un derecho para todos y no privilegio de unos cuantos.

f.- Ampliar la cobertura del sistema de salud y garantizar, en una primera etapa, ese derecho para todos los niños, jóvenes y ancianos.

g.- Proteger integralmente a la niñez, garantizar la plena igualdad de la mujer y promover el pleno ejercicio de los derechos de la juventud a participar en la vida política, económica y social del país.

h.- Integrar una sola institución del Estado que con diversas modalidades construya, para vender o rentar a bajo precio, vivienda a los trabajadores.

III.- Ampliación de la vida democrática

Nuestra patria necesita un gobierno nacionalista y democrático que cuente con un amplio respaldo popular y una democracia avanzada que garantice los derechos políticos, económicos y sociales para todo el pueblo de México.

Un gobierno democrático tendría la tarea de revertir el proceso que ha privatizado la política electoral. Necesitaría impulsar un nuevo proyecto que permita la amplia participación de los sectores populares en la conducción del país y el acceso de todas las corrientes políticas a los cuerpos colegiados de elección popular.

Para ello es indispensable:

a.- Modificar la legislación electoral con la finalidad de que cuenten con registro los partidos que representan los intereses de la clase obrera y de otros sectores populares, suprimir el financiamiento privado a los partidos políticos y distribuir el financiamiento público y los tiempos en los medios de comunicación masiva, en forma tal, que todas las organizaciones cuenten con la posibilidad de hacer llegar su mensaje a los ciudadanos y garantizar el respeto irrestricto a la voluntad ciudadana expre-sada libremente en las urnas.

b.- Integrar las Cámaras de Diputados y Senadores, las legislaturas locales y los ayun-tamientos municipales, a través del principio de representación proporcional, para que los partidos políticos estén representados en ellos, según su fuerza electoral.

c.- Fortalecer al Poder Legislativo para que tenga mayor competencia en la planeación del desarrollo y la vigilancia de la administración pública y otor-gar cabal autonomía al Poder Judicial de la Federación.

d.- Garantizar el cabal ejercicio de las garantías individuales y de los derechos de asociación, de expresión y de huelga. Abolir toda forma de represión a la actividad política y asegurar la participación directa de los ciudadanos en los asuntos públicos de su competencia.

e.- Estimular la democratización de todas las organiza-ciones sociales a partir del respeto a la libre afiliación, individual y voluntaria, de los ciudadanos mexicanos a los partidos políticos.

f.- Garantizar la libertad del Municipio mediante el manejo libre de su hacienda y de sus planes de desarrollo sin intervención de los poderes del Estado.

g.- Defender la igualdad de derechos y la organización autónoma de los grupos indígenas y hacer compatibles sus formas de gobierno con las leyes federales y locales.

IV. Elevar el prestigio internacional de México

Es necesario revertir los efectos de toda la política entreguista neoliberal y restablecer el cabal ejercicio de la soberanía a través de una estrategia orientada a la defensa de la integridad del país en todos los ordenes.

Es necesario proseguir con la tarea histórica de conquistar nuestra definitiva independencia, económica y política y recuperar el prestigio internacional de México en la defensa de los derechos de los pueblos a la autodeterminación, a favor de la no intervención, de la paz y del desarme y como impulsor de la cooperación entre los Estados, independientemente de sus sistemas políticos y económicos.

Para ello es indispensable:

a.- Replantear nuestras relaciones exteriores, en parti-cular con los Estados Unidos, sobre la base del pleno respeto al derecho internacional y a los principios, tratados y resoluciones que rigen la convivencia entre los Estados. Hacer valer nuestras propias posiciones e intereses históricos, tanto en las relaciones derivadas de la vecindad como en el tratamiento de las cuestiones regionales y de los asuntos mundiales.

b.- Exigir el respeto al principio de no intervención, solidarizarse con los pueblos agredidos y condenar la política agresiva del imperialismo. Pugnar sin desmayo por la defensa de la paz mundial, el fin de la carrera armamentista, la coexistencia pacifica y la distensión, el pleno respeto a la soberanía de todos los pueblos, la descolonizacion, la no intervención en los asuntos internos de los Estados, el respeto a los derechos humanos fundamentales y la cooperación internacional.

c.- Promover la integración económica, política, social y cultural de Latinoamérica

d.- Proteger decididamente los derechos humanos, laborales y culturales de los mexicanos en el extranjero.

e.- Coordinar en todos los foros nuestros esfuerzos con países cuyos intere-ses sean semejantes o compatibles con los nuestros, como método para combatir el hegemonismo. Solidarizarnos plenamente con las luchas de los pueblos, por su liberación y desarrollo e intensificar nuestras relaciones con diversos países y regiones independientemente de sus sistemas políticos.

Mexicano:

Es tiempo de impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas con independencia del exterior y promover, al mismo tiempo, una equitativa distribución del ingreso.

Es hora de rescatar a la Nación y salvaguardar su inde-pendencia.

Ha llegado el momento de establecer una democracia avanzada y participativa y de constituir un gobierno democrático, nacionalista y popular.

 

   
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