La ciudad del Cusco, capital del departamento del mismo nombre, se
encuentra en el valle del río Huatanay, en la sierra sur del Perú.
Cusco significa en quechua 'el ombligo del universo', pues esta ciudad,
que fue la capital del imperio incaico o Tawantinsuyo, era el punto de
partida de la red vial que se dirigía a cada uno de los cuatro suyus
(o regiones) que formaban "las cuatro partes del mundo" según
la cosmovisión andina. Considerada por los incas "casa y morada de
dioses", el Cusco es sin duda una de las ciudades más fascinantes
de la sierra peruana. Su singular arquitectura, en la que los estilos
europeos contrastan con la solidez y grandiosidad de los basamentos
incaicos, realzan la belleza de una ciudad que encierra un pasado
deslumbrante y que, a pesar de la fuerte influencia española, mantiene
aún un aire inconfundiblemente andino. Considerada la Capital
Arqueológica de América, su cercanía a la ciudadela incaica de Machu
Picchu la ha convertido en uno de los principales destinos turísticos
de América y del mundo.
Clima templado, cálido de día y frío por
las noches, con una temperatura promedio anual del orden de los
15ºC. Llueve de diciembre a marzo. |
Al contrario de lo que comúnmente se cree,
la región del Cusco estuvo habitada mucho antes de que los incas la
ocuparan. Unos 1000 años antes de nuestra era, los hombres de la
cultura Marcavalle habían alcanzado ya un notable desarrollo en esos
territorios; a comienzos de nuestra
EL
CUSCO INCAICO
"Uno de los principales ídolos que
los Reyes Incas y sus vasallos tuvieron fue la imperial ciudad del
Cuzco, que la adoraban como a cosa sagrada [...]. De tal manera era
su adoración que aun en cosas muy menudas la mostraban, que si dos
indios de igual condición se topaban en el camino, el uno que fuese
del Cuzco y el otro que viniese de él, el que iba era respetado y
acatado del que venía como superior de inferior, sólo por haber
estado e ir de la ciudad..." Garcilaso
de la Vega, Comentarios reales de los incas [1609]
| era
fueron los chanapata quienes se asentaron en ellos, y hacia los siglos
VI-VII la cultura Wari (cuyo centro se hallaba en Ayacucho) ejerció una
marcada influencia sobre la región. A partir del s. XIV, y en menos de
100 ños, los incas transformaron el pequeño señorío que habían
fundado unos dos siglos antes en el Cusco, en un imperio que se extendió
desde el S de Colombia hasta los valles centrales de Chile, incluyendo el
antiplano boliviano y el NE de Argentina.
La fundación incaica del Cusco se pierde, sin embargo,
en la leyenda. Según el relato de Garcilaso de la Vega [1609], fueron
Manco Cápac y su hermana y mujer Mama Ocllo quienes salieron del lago
Titicaca y recibieron del Sol, su padre, la orden de civilizar las tierras
del Cusco. Una segunda leyenda narra las hazañas de cuatro hermanos
míticos y sus respectivas hermanas-mujeres que salieron de una cueva en
Pacaritambo (en la provincia de Paruro, al S del Cusco) y que sufrieron
una serie de incidentes en el camino hasta que quedaron sólo dos, quienes
fundaron la ciudad: Ayar Manco y Mama Ocllo.
Se piensa que el primer trazo urbano del Cusco
correspondió a la forma de un puma. Originalmente, la ciudad se dividía
en dos sectores: uno alto o hanan, y otro bajo o hurin.
Según la mayoría de los cronistas, en la parte baja residían los
gobernantes que antecedieron a Inca Roca (sexto inca) junto a sus
respectivos grupos de parentesco o panacas, mientras que ne la
parte alta vivían los soberanos que le sucedieron y sus familiares. Se
atribuye al inca Pachacútec (1438-1471) la construcción de los
principales edificios incaicos del Cusco.Fue al parecer este soberano
quien también desvió los ríos que cruzaban la ciudad y rodeó a ésta
de una espectacular andenería.
Con la llegada de las huestes conquistadoras (1533), la
fundación española ce la ciudad del Cusco (el 23 de marzo de 1534) y la
caída del Tawantinsuyo, la mayoría de las edificaciones incaicas de la
ciudad fueron destruidas; algunas, sin embargo, se conservaron y sus
cimientos de piedra sirvieron de base para las nuevas construcciones. Muy
pronto, el Cusco se convirtió en una de las ciudades más importantes del
virreinato del Perú y en una de las más sublimes expresiones de
mestizaje en América. Ahí convivieron durante siglos los miembros de la
nobleza incaica, el común de los indígenas, los españoles, criollos y
mestizos.
En tiempos coloniales, el Cusco fue una ciudad muy
próspera gracias a la agricultura, la ganadería, la industria textil, la
minería y a un comercio que la convirtió en lugar de tránsito entre
Lima y las famosas minas de plata de Potosí (hoy Bolivia). Fue la sede
del primer obispado de Sudamérica. La riqueza de la Iglesia y el
establecimiento de diversas órdenes religiosas en el Cusco contribuyeron
muy pronto a que en esta ciudad se organizase una intensa actividad
artística y cultural. Parte importante de ello fue la fundación de la
LA
ESCUELA CUSQUEÑA
En la segunda mitad del s. XVII se creó en el Cusco una de as
escuelas de pintura más importantes de la
América colonial. Al arte de origen hispano, los
artistas cusqueños (en su mayoría indígenas
y mestizos) agregaron su percepción de las ideas religiosas,
visible en los colores y en la inserción de motivos propios, como
la flora y fauna silvestres y los vestidos regionales. También
utilizaron una técnica muy original para embellecer sus lienzos: el
sobredorado. Entre los temas más característicos de esa escuela
figuran los ángeles arcabuceros -que según algunos especialistas
no tendrían antecedentes en Europa- , las vírgenes con vestidos
triangulares, cuya forma pudo ser asociada por los indígenas con el
Apu o montaña tutelar, y el famoso Santiago Matamoros, el
apóstol de los conquistadores, que en América tomó el nombre de
Santiago Mataíndios. | Universidad
San Antonio de Abad (1669) y la formación de una escuela de pintura -la
escuela cusqueña- con características propias.
Sin embargo, tras la Independencia (1824), el Cusco se
vio opacado por el auge económico de Arequipa, sustentando en el comercio
de la lana, lo que desencadenó una fuerte migración hacia las ciudades
costeñas. En 1911 concitó el interés mundial cuando el investigador
norteamericano Hiram Bingham descubrió en sus cercanías la imponente
ciudadela incaica de Machu Picchu. A este importante hallazgo le siguió
un fuerte movimiento cultural. En la década de los 20 vivían en el Cusco
destacados intelectuales, como Luis E. Valcárcel, connotado
etnohistoriador, el fotógrafo Martín Chambi, considerado "el
cusqueño más universal del siglo XX", y José Sabogal, el fundador
de la escuela indigenista de pintura del Perú.
Hoy en día, el Cusco vive principalmente de la
agricultura y el turismo, y es la sétima ciudad más poblada del Perú. |