Editores: Dr. Enrique
Sánchez-Delgado y Heinz Liechti, M.Sc.
ENFERMEDADES INFECCIOSAS: NUEVOS ROSTROS
Y PARADIGMAS
En el mundo actual, a pesar de los
grandes avances médicos modernos, todavía mueren
17.3 millones de seres humanos, un tercio del total, cada año,
de enfermedades infecciosas. Adicionalmente, 24 millones o casi
la mitad del total anual, sucumben a enfermedades crónicas,
entre ellas cardiovasculares, metabólicas, neoplásicas,
hemato-inmunológicas, autoinmunes, gastro-intestinales
y psico-afectivas, en las cuales, como veremos, las infecciones
también juegan un papel clave, al igual que lo hacen en
enfermedades menos graves, ej. dermatológicas, en una forma
previamente insospechada o apenas vislumbrada, que gradualmente
se va aclarando y obligándonos a ver los nuevos rostros
de las patologías infecciosas y a definir nuevos paradigmas
para su diagnóstico, prevención y tratamiento. (1).
Estamos acostumbrados a pensar en los síntomas y signos
clásicos de las infecciones: fiebre, dolor, inflamación
(calor, rubor, tumefacción, dolor, limitación funcional),
alteraciones linfáticas, dermatológicas, funcionales
de los órganos afectados, hematológicas y serológicas,
necrosis y muerte o lesión transitoria o permanente.(2).
Sin embargo, en el futuro tendremos que acostumbrarnos al concepto
de que en enfermedades agudas y crónicas no estrictamente
caracterizadas por estos criterios, se esconde la acción
de gérmenes patógenos que deben diagnosticarse y
que pueden y deben prevenirse y tratarse.
El viraje conceptual de los 80 y 90
El aparecimiento del SIDA y de sus enfermedades secundarias asociadas:
infecciones, neoplasias, neuropatías, depresiones, demencia,
etc., obligó a comenzar a ver las manifestaciones de las
enfermedades infecciosas, particularmente virales y/o retrovirales,
desde un ángulo nunca antes visto.
Posteriormente en los 80, el redescubrimiento y la confirmación
de que el Helicobacter pylori es un factor etiológico de
la enfermedad ácido-péptica, así como también
del linfoma gástrico (MALT) y del cáncer gástrico,
inició una verdadera revolución en el enfoque de
las enfermedades gastrointestinales y en su tratamiento.(3).
La terapéutica antimicrobiana combinada (más antisecretorios
como los bloqueadores H-2 y los inhibidores de bomba de protones
-IBP-), permitió por primera vez lograr una curación
rápida y efectiva de la úlcera péptica y
gastritis, disminuyendo radicalmente las recidivas. Y por primera
vez se contempla realistamente la posibilidad de curar un cáncer
de baja malignidad como el Linfoma MALT, con antimicrobianos.
Ya aparecieron las primeras evidencias de que la erradicación
del H.p. reduce drásticamente el riesgo de recidiva del
Cáncer gástrico.(3a).
En el caso del SIDA, a mediados de los 90, el uso combinado
de nuevos antivirales (inhibidores de la retrotranscriptasa y
de las proteasas), por primera vez dejan vislumbrar la posibilidad
de una cura, o al menos de una recuperación mas completa
y duradera de estos enfermos antes condenados a muerte, aunque
a un costo alto (4). Nuevas combinaciones (ddI + Hidroxiurea),
si se confirman efectivas, podrían reducir los costos (4a).
El Sarcoma de Kaposi, lesión dermatológica característica
del SIDA, es causado, según se demostró recientemente,
por el HHV8 o KSHV (Herpesvirus Humano tipo 8, o Herpesvirus
del Sarcoma de Kaposi). Este mismo virus es el causante del
Mieloma Múltiple. Su descubrimiento permitirá desarrollar
estrategias de diagnóstico, prevención y tratamiento.(5
y 6).
Además del HIV, otros retrovirus están implicados
etiológicamente con diversas patologías, como el
HTLV-1, conocido causante de Leucemia/Linfoma, paraparesia espástica
tropical y mielopatía. Recientemente se demostró
que el retrovirus IDDMK1,222 puede actuar como un gen autoinmune
en la patogénesis de la Diabetes mellitus tipo I (7).
Otra dramática demostración de la importancia
de reconocer los nuevos rostros y paradigmas de las enfermedades
infecciosas, se dió muy recientemente con el Virus de la
Hepatitis B (HBV), conocido desde hace tiempo como causante del
carcinoma hepatocelular, cuando Chang et. al. demostraron que
la vacunación sistemática de los niños en
Taiwan durante una década contra el HBV, redujo significativamente
la incidencia de este cáncer hepático, a la par
que reduce la tasa de portadores del HBV.(8). El HBV produce
actualmente más morbimortalidad que el SIDA, pero ya es
prevenible.. ¿ Ya está Ud. Vacunado ?.
El hecho de que el cáncer hepático primario se puede prevenir con la inmunización contra la Hepatitis B y de que la erradicación del H. pylori reduce la morbimortalidad por enfermedad ácido-péptica y por linfoma y carcinoma gástrico, son dos de las más grandes noticias de la década, pues todas estas patologías afectan a cienes de millones
Otro avance de esa envergadura se alcanzaría si lográramos prevenir o erradicar las infecciones por el Papilomavirus Humano (HPV), causante del Cáncer Cérvico-uterino, una de las neoplasias más frecuentes en la mujer. Ya hay algunos avances investigativos.
La familia de los Virus Herpéticos (HSV1, CMV, HSV6, EBV, entre otros), además del ya mencionado HHV8, nos guarda algunas sorpresas.
Recientemente se demostró la participación del HSV1 como causa de la Parálisis Facial idiopática o de Bell.(9). Las primeras experiencias con el tratamiento antiviral temprano, más las medidas tradicionales con prednisona, etc., permiten ver una recuperación más rápida y completa.
El Virus de Epstein-Barr (EBV), conocido causante de la Mononucleosis Infecciosa, así como del Linfoma de Burkitt y del Cáncer Nasofaríngeo, causa también depresión de origen infecciosa, y recientemente se propuso como un probable causante de la Esclerosis Múltiple (MS), o un virus idéntico al EBV.(10). Esto también sienta pautas para prevención y tratamiento
Otro virus interesante que causa depresión de origen infecciosa es el Bornavirus (BDV), el cual causa depresión en equinos y se ha detectado en humanos, respondiendo al tratamiento antiviral.(11). También el HBV causa depresión, y el HSV6 se ha asociado como sospechoso, entre otros virus, de causar el Síndrome de Fatiga Crónica (CFS).
Se sospecha fuertemente de la implicación de microorganismos en enfermedades autoinmunes, como el Lupus Eritematoso Sistémico, la Artritis Reumatoide, Enfermedades como la de Kawasaki en lo niños, la de Takayasu, el CMV en enfermedades cardíacas, etc
Pero una de las áreas mas interesantes y prometedoras por
sus implicaciones en la causa de mortalidad No.1 en el mundo,
es la participación de la Chlamydia pneumoniae en la Enfermedad
Coronaria, como un factor infeccioso-inflamatorio que predispone,
potenciado por los otros Factores de Riesgo ya plenamente identificados,
a la aterosclerosis. No solamente se ha demostrado su asociación
etiopatogénica con la Enf. Coronaria (CHD), aumentando
hasta 4 veces el riesgo de eventos cardíacos, sino que
se ha demostrado una reducción de la mortalidad y de los
eventos secundarios en los pacientes con Infarto Agudo del Miocardio
(AMI), tratados, además del manejo standard, con los antibióticos
adecuados. Una reducción de entre 33% y 66%, según
los estudios, que podría significar la vida de cienes de
miles ! (12-15).
Todavía tendremos mucho que aprender de las nuevas manifestaciones
de las enfermedades infecciosas y tendremos que acostumbrarnos
a sus nuevos paradigmas. La relación no es tan directa
de causa a efecto como el Neumococo y la Neumonía o el
Meningococo y la Meningitis. Se requiere la interacción,
a través del tiempo y de diversas etapas, del agente infeccioso
con factores tanto ambientales (físicos, químicos,
biológicos, ecológicos), como del Huésped
(genéticos, inflamatorios, trombóticos, inmunológicos,
hormonales, metabólicos y eventualmente hasta psico-afectivos).
Pero hay un amplio y fascinante campo en el que se abren grandes
posibilidades para la identificación, prevención
y tratamiento de patologías, cuyo control permitirá
no solo salvar muchas vidas, sino mejorar la calidad de vida y
la productividad de millones, redundando en grandes satisfacciones
para los que trabajamos con empeño por ellos.
REFERENCIAS:
1.- The World Health Report 1997. WHO/OMS. Ginebra.
2.- Norbert Krüger y Enrique Sánchez. TROPENKRANKHEITEN.
(Enfermedades Tropicales). Wissentschaftliche Buchgesellschaft.
Darmstadt, Alemania. 1995..
3.- Enrique Sánchez-Delgado y Heinz Liechti. Enfermedad
Acido-Péptica y H. pylori. Actualidades Farmacoterapéuticas.
Managua, Noviembre 1996.
3a. Uemura N., et. al. Gastroenterology 1996; 110:A4 (0 vs. 9%;
Japon).
4.- USA outlines standard of care for HIV/AIDS. The Lancet (online).Vol.349,
Nr.9069 (28 Jun.1997).(Zidovudin + Zalcitabin + Saquinavir o ritonavir
o Indinavir).
4a. Jorge Vila et.al. The Lancet (online) Vol.350, Nr.9078 (30
Aug.1997).(Francia: Didanosine + Hidroxiurea).
5.- Rettig M. et.al. Science 1997; 276:1851-54 (y comentario por
K. Morris en Lancet 28 Jun.97) (L.A.,Ca.).
6.- Blackbourn DJ, Levy JA, et.al.Lancet 1997;349:609-
7.- Conrad B. et.al. Cell 1997;90:1-20 (y Lancet 2-8-97).
8.- Chang et.al. (y Edit. por AJ Zuckerman). NEJM 26-6-97.
9.- Murakami S. et.al. (y Edit. por J.R Baringer). Ann. Intern. Med. 1996, 124: 27 y 63 (Aciclovir, Gancic.; Jap.)
10. -Haahr S. et.al. Lancet 1997; 349:923 (Dinamarca).
11.-Medikament & Meinung. Feb.97, p. 6 (R.K.I., Berlin).
12 - S. Gupta et.al. Circulation 1997; 96:404-7 (y Lancet 19-7-97; azitromicina, Londres).
13. -Enrique Gurfinkel (y coment. de E. Gabler-Sandberger y B. Luderitz).Dt. Aerzteblatt 2-5-97.(antibióticos).
14. Muhlestein JB, Anderson JL et.al. JACC 1996; 27:1555
15.- Saikku P. et.al. Lancet 1988; ii:983-5 (Finlandia).
16. -Addiss DG et.al. Lancet 1997;350:480-4 (16-8-97). Otras novedades:
Tx. de Filariasis (Wuchereria bancrofti) con Ivermectina + Albendazol
en Haití
Tel: 00505-278-1031
e-mail:
heinz-liechti@scientist.com
ciencia_farma@latinmail.com