ENTREVISTA
CON BORIS SAID, DIRECTOR DEL ÚLTIMO DOCUMENTAL SOBRE LA MESETA
DE GIZEH
Boris Said es un respetado productor
de documentales y una de los escasas personas a las que el
gobierno egipcio ha facilitado informes muy delicados
relacionados con la esfinge de la llanura de Giza. Said estudió
en la Universidad de Princeton y en 1991 participó en el Proyecto
Fénix, dirigido por el egiptólogo heterodoxo John
Anthony West. Durante dicha exploración, el doctor Thomas
Dobecki descubrió, con la ayuda de instrumentos de
investigación sísmica, una anomalía rectangular debajo de las
patas de la Esfinge, probablemente creada por el hombre. La
cavidad, situada a 11 metros por debajo de la superficie, mide
aproximadamente 9x12 metros; Dobecki no quiere especular sobre su
profundidad porque está parcialmente llena de escombros y de
agua. Según nos explica Said, hasta la fecha no se ha hecho nada
para explorar dicha cavidad. Actualmente, está intentando
persuadir al gobierno egipcio para que permita excavar un
agujero. A la pregunta: «¿Cree usted que se trata de una
cámara?», Said responde convencido: «¡Sin ninguna
duda!». Sin embargo, no todo el mundo piensa igual que él.
Said tiene esperanzas de que le dejen descubrirlo por sí mismo.
Los recientes golpes asestados a la
industria turística egipcia, tal vez incidan en que el gobierno
se anime a facilitar la exploración.
- ¿Qué está haciendo ahora en
Egipto?
- De momento estoy filmando los trabajos
de varios científicos que intentan localizar una cámara
debajo de la Esfinge.
- ¿Se trata de la Galería de los
Archivos cuyo descubrimiento auguró Edgar Cayce, un
escondrijo de los archivos de la Atlántida?
- Tal vez. Creo que los testimonios de
que existió una civilización muy avanzada en nuestro
pasado prehistórico saltan a la vista. Aquellos hombres
antiguos sabían muy bien cómo proteger sus
conocimientos de la destrucción del tiempo, y en un
territorio invadido por el desierto, de un modo que sólo
ahora estamos empezando a descubrir.
- ¿Puede facilitarnos algún
ejemplo?
- En la Cámara del Rey de la Gran
Pirámide se ha registrado un acorde permanente en Fa
sostenido, que no siempre puede ser percibido por el
oído humano. El antiguo asesor de la NASA, Tom Danley,
cree que dicho sonido puede deberse al viento que sopla
por los conductos de aire, causando así un efecto de
embotellamiento. Algunas de estas vibraciones pueden ser
sumamente débiles -de 9 a 0,5 hertzios-, pero se
intensifican gracias a las enormes dimensiones de la
Pirámide, y debido a las características de la cámara
real y del sarcófago que hay en el interior. Según
Danley, incluso el tipo de piedra se eligió con la
intención de potenciar esas vibraciones.
- ¿Qué motivos tendrían los
constructores de las pirámides para hacer algo así?
- Las pirámides fueron construidas hace
por lo menos 6.000 años. Hasta el año 2.557 a.C. no se
descubrió la primera momia de un faraón. ¿Qué pasó
con las 60 momias de los otros faraones que reinaron en
Egipto durante los primeros mil años de la cultura de
las pirámides? Nunca se ha encontrado ninguna momia en
el interior o en las cercanías de la Gran Pirámide. Tal
vez los sacerdotes egipcios descubrieron un modo de
enviar a sus faraones al otro mundo alterando las
vibraciones del cuerpo humano con frecuencias
ultrasónicas...
- ¿Ascendería el faraón sin
experimentar la muerte tal como la conocemos?
- La ascensión física causada por el
armónico del Fa sostenido es una teoría. Los chamanes
indígenas norteamericanos también afinan sus flautas
sagradas con el Fa sostenido. La mayor parte de los
emperadores mayas desaparecieron sin dejar rastro, igual
que los faraones egipcios. Tal vez nuestros antepasados
podían manipular las estructuras arquitectónicas para
conseguir esta experiencia suprema. Las pirámides de
Egipto y los montículos de los templos mayas podrían
haber sido una especie de «punto de partida» cósmico
hacia otras dimensiones vibratorias... Estamos
organizando una serie de expediciones para intentar
responder a esa cuestión. Vamos a ir a Sudamérica y
Centroamérica, Inglaterra, China y Japón.
- ¿Qué métodos científicos van a
utilizar?
- Sismografía, geología, resonancia
sónica, musicología, paleo-climatología, medicina
forense, astronomía y matemáticas. También pensamos
reproducir en ordenador la Gran Pirámide para comprobar
cómo eran sus armónicos antes de que fuera profanada.
- ¿Podría hablarnos de los
excavadores de pozos?
- En 1946 comenzó a excavarse uno para
explotación comercial en la llanura. Los excavadores
siguieron el conducto de una vieja tumba de unos 20
metros y luego empezaron a picar el lecho de piedra
caliza. Dos jóvenes nubios se encontraban en el fondo
del pozo cuando el suelo se hundió y fueron a caer a una
cámara que se encontraba 6 metros más abajo. Cuando el
polvo se disipó se
dieron
cuenta de que habían caído sobre la tapa de un
sacórfago negro bruñido. A su derecha vieron un túnel
en dirección a la Esfinge que parecía contener más
sarcófagos. Temiendo haber irrumpido en un lugar de
reposo sagrado, limpiaron la suciedad de la tapa,
amontonaron cascotes en el túnel y salieron a toda prisa
a la superficie. El trabajo en el pozo se paralizó.
Cuando se construyó la presa de Asuán, el nivel del
agua subterránea bajo la llanura de Giza se elevó unos
9 metros, anegando la cámara en el fondo del conducto.
Cuando bajé al pozo por primera vez en 1992, sólo
había unos 2 metros entre el techo de la cámara
y el agua, que estaba cubierta de impurezas, aunque se
distinguía el fondo con toda claridad. Pude ver un
montón de piedras a mi derecha, pero no la tapa del
«sarcófago». Probablemente estaba enterrada en el
cieno, ya que el más pequeño movimiento levantaba nubes
de cieno a mi alrededor. Cuando regresé en 1996, el
nivel del agua había descendido por lo menos 3 metros y
medio. Enseguida encontramos la tapa del sarcófago. El
montón de piedras también era visible, recubierto por
años de arena, barro y cieno. Nuestro radar ha revelado
que debajo de la tapa no hay ningún sarcófago. Sin
embargo, existe una cavidad a una profundidad de dos
metros y medio. Esta «anomalía» tiene más de dos
metros de anchura y un techo abovedado. No hay ninguna
duda de que se trata de un túnel. Tiene un ángulo
descendente de 25 grados, en dirección hacia la esfinge,
y está ¡apenas a 300 metros de ella! Me contaron que
los sacerdotes egipcios habrían escondido un pasadizo o
cámara bajo la tapa de un sarcófago, porque en aquella
época no había ladrones de tumbas.
BERNYCE BARLOW/Fate
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