La Palmera como Arbol de la Vida.

PRESENCIA VIVA DE LA CABALA
Federico González - Mireia Valls
Los autores agradecen a Francisco Ariza por el acápite "Isaac Luria"
y la colaboración de Lucrecia Herrera y Josemanuel Río


INDICE
  INTRODUCCION
Capítulo I LA CABALA JUDEOCRISTIANA
Capítulo II
EL SEFER YETSIRAH Y EL BAHIR
Sefer Yetsirah (Libro de las Formaciones)
El Bahir. El libro de la Claridad.
Capítulo III
LA CABALA DE PROVENZA Y GERONA
Azriel y sus glosas o comentarios cabalísticos
Ezra y su Comentario al Cantar de los    Cantares
Nahmánides y su discreta revelación de la doctrina cabalística
Capítulo IV
LA CABALA DE CASTILLA
Joseph Chiquitilla
Abraham Abulafia
El Zohar
Literatura epigráfica o pseudoepigráfica
      El libro hebreo de Enoch
El Talmud
Capítulo V  
LA CABALA DE SAFED
– Moshe ben Ja’acob Cordovero
      La Dulce Luz
      La Palmera de Déborah
– Elijah de Vidas
– Isaac Luria
      El Tsimtsum o la «contracción» creadora de                   En Sof
      Yetser hara: la «mala inclinación»
      La «Ruptura de los Recipientes» (shebirat                      ha-kelim)
      Tiqqun. «El Universo de la Rectificación»
      Yichudim. La «Unificación del Nombre»
– Hayyim Vital
      El tema de Caín y Abel
      Alquimia
Capítulo VI  
LOS HASIDIM
– Moshé Hayim Luzzatto
– Los Hasidim
    EPILOGO
 
Obras citadas en el texto
  Glosario
  Indice de nombres
   

CONTRAPORTADA

Este libro trata sobre la Cábala, la tradición esotérica del pueblo judío, que comienza con la sabiduría expresada en el Sefer Yetsirah y que se concreta en la Cábala de Provenza, de Gerona, de Castilla y también de otras ciudades como Zaragoza y de Andalucía etc. Igualmente se habla de la proyección de este pensamiento en Europa y Safed (Galilea) y lo que todo ello significó para la recreación de este cuerpo de sabiduría propio de los hebreos aunque influenciado por las distintas gnosis griegas y el hermetismo a lo largo de su desarrollo.

La Cábala (tradición) como la Shekhinah (la permanente inmanencia divina) siempre se está haciendo y no es letra muerta, pues está presente en el corazón del ser humano, en su alma, y por lo tanto en todas las cosas y tiempos y sería matarla como el racionalismo ha hecho con Occidente, si se la tratara como algo fijo e inflexible, o como un estudio meramente histórico y no como siempre viva, paradójica y cambiante como es la cosmogonía que describe, en vez de algo estático, como por otra parte lo demuestra su desarrollo en el tiempo. Es decir, una poética del espacio y la vida, perpetuamente actual, de donde deviene su inmenso poder transformador.

Nota de prensa

Reseñas