La Renuncia He renunciado a ti. No era posible. Fueron vapores de la fantasía. son ficciones que a veces dan a lo inaccesible una proximidad de lejanía. Yo me quedé mirando como el río se iba poniendo encinta de la estrella... hundí mis manos locas hacia ella y supe que la estrella estaba arriba... He renunciado a ti, serenamente, como renuncia Dios el delincuente; he renunciado como el mendigo que no se deja ver del viejo amigo; como el que ve partir grandes navíos con rumbo hacia imposibles y ansiados continentes; como el perro que apaga sus amorosos bríos cuando hay un perro grande que le enseña los dientes; como el marino que renuncia al puerto y el buque errante que renuncia al faro y como el ciego junto al libro abierto y el niño pobre ante el juguete caro.
|