Hermann Rodríguez Osorio, S.J

Compañía de Jesús - Colombia, S.A.


Centro Ignaciano de Reflexión y Ejercicios - CIRE

Links to other sites on the Web

Jesuitas en la WEB
Colegios de la Compañía de Jesús en Colombia
Jescom-AL
Jesuitas en el mundo
Pontificia Universidad Javeriana

LA PARÁBOLA DEL PEQUEÑO PEZ


 

 

La siguiente historia fue utilizada en una eucaristía con niños en Mejorada del Campo, Madrid. Los niños tenían que estar muy atentos para realizar determinados movimientos (Un aplauso, levantarse o sentarse) cuando escucharan determinadas palabras; el resultado fue extraordinario y los niños se grabaron la historia con una facilidad increíble; por otra parte se logró una participación muy activa de todos los niños durante toda la eucaristía.

 

 

El pequeño pez

(&) PEZ = Un aplauso

(Ý ) OCÉANO = Ponerse de pie

 

(ß ) AGUA o AGUAS = Sentarse

 

 

Había una vez un pequeño PEZ (&) de hermosos colores y con unas aletas muy lindas. Se movía con mucha rapidez y era muy curioso; todo lo quería saber y todo lo quería probar. Le gustaba preguntar mucho.

Un buen día se acercó a una tortuga muy grande y fea que iba nadando sola y le dijo:

- «Oye, estoy buscando el OCÉANO (Ý ); tu que has recorrido tanto en tu vida, ¿me puedes decir dónde está?»

La tortuga, que a veces estaba en el AGUA (ß ) y otras veces en la playa, se quedó mirando con curiosidad y dijo:

- «¡Qué pregunta más extraña! Yo no se dónde está el OCÉANO (Ý )... A mi me parece que ese es un invento de la gente que no está contenta con el AGUA (ß ) que tiene y piensan en algo inmenso que no existe más que en los sueños».

El pequeño PEZ (&) siguió su camino y siguió buscando a alguien que le dijera por fin dónde está el OCÉANO (Ý ). Desde muy niño le habían dicho que existía, pero en realidad nunca lo había visto y se había propuesto averiguarlo.

Recorriendo unas cuevas muy oscuras, en las que el AGUA (ß ) era muy fría, el pequeño PEZ (&) se encontró un erizo; se le acercó un poco, teniendo cuidad de que no le fuera a pinchar con sus agudas espinas, y le hizo la pregunta de siempre:

- «¿Me podría decir dónde está el OCÉANO (Ý )?»

El erizo se asustó con la pregunta y se quedó callado. Siempre estaba a la defensiva y pensaba que todos los habitantes del mar eran sus enemigos. El pequeño PEZ (&) repitió la pregunta y el erizo se sacudió fuertemente levantando tierra del fondo y enturbiando el AGUA (ß ), desapareció.

Nadó mucho tiempo solo y un poco triste por la actitud del erizo, hasta que se encontró un caballito de mar. El pequeño PEZ (&) le dijo:

- «¡Hola! Veo que eres feliz y que te gusta gozar de la vida paseándote de un lado para otro. ¿Me podrías ayudar?»

El caballito de mar se puso a jugar con otros caballitos y no le prestó atención al pequeño PEZ (&), que se quedó otra vez solo y sin nadie que le dijera dónde está el OCÉANO (Ý ).

Se puso otra vez en camino y recorrió las AGUAS (ß ) buscando a alguien que le pudiera ayudar. De pronto se encontró con un tiburón muy grande y fuerte que estaba medio dormido y se dijo:

- «Este tiburón que ha recorrido tanto con sus grandes aletas, me podría ayudar».

Se fue acercando lentamente para no molestarlo y con cierto disimulo, rozó su aleta superior con el fin de despertarlo. El tiburón que siempre está nervioso y se mueve de lado a lado del OCÉANO (Ý ) buscando sus presas, saltó de su sueño y le lanzó al pequeño PEZ (&) un mordisco que lo hubiera hecho desaparecer de un bocado. Afortunadamente el pequeño PEZ (&) era más rápido y más ágil que el tiburón, de modo que se colocó detrás suyo para que no alcanzara a comérselo, y tan pronto estuvieron en AGUAS (ß ) más profundas, escapó sin dejarse ver, hacia unas rocas.

El pequeño PEZ (&) siguió buscando y preguntando. Nadie le sabía decir dónde estaba el OCÉANO (Ý ). Todos tenían ideas confusas y le daban pistas equivocadas. Otros, solo con su actitud, no dejaban ni preguntar; como el cangrejo, que se escondió entre unas cuevas, o el calamar que oscureció el AGUA (ß ) con su tinta y desapareció.

Por fin, un día soleado, entre unos corales de muy bonitos colores, que brillaban y lucían tanto como las hermosas aletas coloreadas del pequeño PEZ (&), encontró a un grupo de delfines que saltaban y jugaban llenos de alegría. El pequeño PEZ (&) se acercó a uno que parecía el mayor y más experimentado, y le dijo:

- «¿Me podrías usted decir dónde está el OCÉANO (Ý )? Lo estoy buscando, pero nadie me sabe decir dónde lo puedo encontrar...»

El delfín mayor se le quedó mirando con cariño, y viendo cómo el AGUA (ß ) transparente y clara le hacía lucir más sus colores, le dijo:

- «¡Pero si no lo tienes que buscar! Ahora mismo estás en el OCÉANO (Ý )».

El pequeño PEZ (&) quedó un poco confundido y le dijo:

- «Esto no es más que AGUA (ß ). Yo lo que busco es el OCÉANO (Ý )».

Y muy triste, el pequeño PEZ (&) se iba a ir a buscar en otra parte, cuando de pronto, entre los corales, comenzó a ver muchos otros peces que jugaban y se reían en compañía de los delfines. Saltaban del AGUA (ß ) y se dejaban caer levantando espuma y produciendo grandes olas. Había peces de todos los colores y de todos los tamaños; todos parecían felices y contentos. En ese momento el delfín le dijo:

- «¿Por qué no te quedas con nosotros? Vamos de aquí para allá, tratando de ser amigos, de estar juntos en las buenas y en las malas... Compartimos la comida y los juegos, las alegrías y las tristezas...».

El pequeño PEZ (&) le dijo:

- «Me gustaría mucho pero tengo que buscar el OCÉANO (Ý ), y cada vez estoy más confundido. ¡No sé qué hacer, ni dónde buscar! Por andar buscando vivo solo de aquí para allá, sin hacer amigos de verdad en ninguna parte... Estoy confundido, no sé que hacer».

El delfín le respondió:

- «Deja de buscar, pequeño PEZ (&). No hay nada que buscar. Sólo tienes que estar tranquilo, abrir tus ojos y mirar. No puedes dejar de verlo».

 

 

Inspirado en "El pequeño pez":

Anthony de Mello, s.j., El Canto del Pájaro,

Santander, Sal Terrae, 1982, 26-27.

 

© 1997 herosj@hotmail.com

Home Page