Indolente y ocioso convido a mi alma,
Me dejo estar y miro un tallo de hierba de verano.
Mi lengua, cada átomo de mi sangre, hechos con esta tierra, con este aire,
Nacido aquí, de padres de cuyos padres nacierón aquí, lo mismo que sus padres,
Yo ahora, a los treinta y siete años de mi edad y con salud perfecta, comienzo,
Y espero no no cesar hasta mi muerte.
Me aparto de las escuelas y de las sectas, las dejo atrás; me sirvieron, no las olvido;
Soy puerto para el bien y para el mal, hablo sin cuidarme de riesgos,
Naturaleza sin freno con elemental energía.
Extracto de Hojas de Hierba del poeta Walt Whitman
La idea de esta página, surgió leyendo poesias de Miguel Hernández, entonces algo se encendió dentro de mi, porque no intentar recopilar algunos poemas que se involucren de verdad en la lucha de tantos, recopilar el compromiso de los poetas con su gente, con su pueblo, con su causa, y a eso me he puesto.
Yo no soy nada ni nadie, no se de poesía ni de literatura, todo lo que se es lo que he leido, y lo interpretó libremente, tal como lo veo, y si me equivoco no me importa, lo que si me importa es lo que me hace sentir ese compromiso con la gente, el compromiso que hace que el poeta participe en la construcción de un mundo mejor que el de ahora, o de antes. Quizá los poetas que vaya escogiendo se equivocaran en su camino, no lo se, de algunos sabré su historia de otros no, quizá algunos participaron en buenas causas que luego se torcieron, no lo sé, pero no me importa tampoco, el valor de lo escrito, lo que quedá en realidad, es lo que cuenta, si por un instante un gesto quedo plasmado en un papel, es en ese instante que quiero mirarlo, no me importa, si luego se inclinó hacia otras posturas, no lo se, repito, y no me importa.
He aquí un fragmento del libro Literatura y Revolución de Víctor Serge en que habla del compromiso de pensar en los hombres:
Así pues, ¿que hace falta para que el escritor hable a las masas, contribuya a la concienciación de la gente y se comporte como un ciudadano de su tiempo? Dejarse de palabrerías y tomar en consideración la realidad de una civilización admirable por sus enormes posibilidades y escandalosa, repugnante y catastrófica por sus efectos. Ver al hombre víctima de las luchas sociales, de las guerras, de la falsa prosperidad, de las crisis, del hambre, del terror, de las dictaduras, de la carrera de armamentos; al hombre-hormiga a la sombra de las edificaciones-mole, al hombre-mascarilla elaborando los gases infernales de la próxima guerra; al hombre sin más, aún timado por sus hechiceros, cuando abre cada mañana su "diario de información general"; al hombre satisfecho a veces de poder comer hasta hartarse o de hacer el amor en esta enorme nave sin piloto que en ocasiones nos da la impresión de que va a irse a pique. ¡Pensar en el hombre! Hacerse preguntas sobre las causas de las cosas, tomar partido, bajar al ruedo y no ver los toros desde la barrera. Digo bajar, más ¿que significa eso? ¿Bajar de dónde? ¿De que podio de cartón piedra? Mas bien diría ascender hasta la lucha dejando atrás su triste papel anterior.
Actualizada el 14-09-97