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Hace algunos años, el alcalde de Jeréz de
la Frontera, Pedro Pacheco, asombraba a España con una afirmación: "En este país,
la justicia es un cachondeo". Poco después un magistrado y vocal del máximo órgano
de los jueces, Luis Pascual Estevill, se encargaba de batir todos los récords de la
corrupción en el país de los Luis Roldán, Urralburu, Mariano Rubio, Cañellas.....,
utilizaba la justicia para enriquecerse. Nunca en España se habían presentado pruebas
tan contundentes sobre la falta de moralidad de un alto funcionario de la justicia. El
"garbanzo negro" de la judicatura se saltaba la ley a su
conveniencia, tejía y destejía a su antojo y jugaba con la libertad de decenas de
españoles por dinero. Un delito amparado por las prerrogativas que solo nuestro
sistema judicial concede a los que imparten justicia que sólo puede compararse en
gravedad a los delitos de terrorismo. Estevill chantajeaba de la peor forma posible: es
decir, con la toga, el mazo, y la bandera española cubriéndole las espaldas. Un
sinvergüenza cuya denuncia ha costado esfuerzos y heroicidades para muchas de sus
víctimas a los que "Su Señoría" infligió la peor de las maldades: jugar
injustamente con su libertad y encerrar a muchas de sus víctimas a sabiendas de actuar
impropiamente.| Home | Historial | Vida
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