Trinchera liberacionista

El PLN tiene ante sí grandes desafíos para el futuro
 
 

Ante la pérdida electoral del Partido Liberación Nacional es oportuno cuestionarse sobre el significado que para la vida nacional tiene la trayectoria de nuestro partido y sobre la mejor forma de renovarlo y fortalecerlo.

Sobre lo primero, hoy resulta incuestionable la inmensa contribución que Liberación Nacional ha realizado, en cincuenta años de lucha y obra, para que Costa Rica pueda disfrutar de los altos índices de desarrollo humano de que hoy goza. Desde su nacimiento, Liberación estableció que su norte sería la lucha contra la pobreza y la corrupción y a favor de la igualdad, la libertad y la justicia social. Los dividendos de este esfuerzo de generaciones son claros. Así pues, sin dubitaciones, se podría afirmar que los logros más importantes de nuestro país en la segunda mitad del siglo XX fueron fruto de gobiernos liberacionistas. Desde la eliminación del Ejército y la nacionalización de la Banca, en nuestros albores, al Premio Nobel de la Paz y la conexión de Costa Rica con el mundo de la globalización, la tecnología y las comunicaciones, en los últimos gobiernos, Costa Rica ha estado marcada por la labor de nuestros presidentes: Pepe Figueres, Chico Órlich, Daniel Oduber, Luis Alberto Monge, Óscar Arias y José M. Figueres.

PLN sin dueño. Íntimamente ligado con lo anterior, se debe decir que Liberación Nacional carece de dueño. Generaciones de valiosas mujeres y hombres han militado en nuestra organización. Miles de ellos ya han muerto, incluyendo algunos de sus fundadores y, sin embargo, Liberación ha continuado con su obra beneficiando a la sociedad costarricense. Esto se explica porque somos un partido ideológico, con una base popular amplia, cuya principal misión ha estado orientada a mejorar continuamente las condiciones de vida de todos y todas y, especialmente, la de los más débiles y necesitados. De ahí, pues, aunque duela esta derrota, Liberación debe continuar en su lucha sin fin por la solución de los problemas nacionales.

A pesar de esto último, en modo alguno significa cerrar los ojos o hacerse de oídos sordos ante problemas reales que hoy aquejan a nuestra organización. Es cierto, solo por citar dos ejemplos, que en los últimos años, ideológicamente, nos confundimos ante el autoritarismo neoliberal imperante en el mundo y que en la lucha contra la corrupción pública, quizás, no hayamos tenido la claridad que sí tuvimos en otras épocas.

Graves interrogantes. Ante esta realidad, la pregunta que sigue es si huir de los problemas constituye la mejor forma de encarar las crisis propias de toda organización humana, o bien, profundizando sobre sus causas para, a partir de ahí, encontrar las soluciones. Otra pregunta que debemos formular es la de si el incremento de la corrupción pública y privada es responsabilidad exclusiva de los partidos y los políticos, o si, por el contrario, se debe a alguna extraña razón en la que todos, de alguna forma, tenemos algo de responsabilidad. Para algunos, la salida fácil es huir y levantar otra bandera, como si con ello, como por arte de magia, se fueran a resolver los serios y profundos problemas que hoy afronta la sociedad costarricense.

Como liberacionistas, honrados, al igual que otros cientos de miles de costarricenses, mujeres y hombres dispersos a lo largo y ancho de este país, valientemente, estamos dispuestos, desde este glorioso partido, desde esta trinchera, a continuar y renovar la obra que nos ha mantenido con vida por tanto tiempo, y luchar porque se corrijan los problemas que hoy aquejan a nuestra organización.

Transformación del Estado. En consecuencia, consideramos que Liberación Nacional debe luchar por una sociedad con un Estado para todos y todas, con un estado facilitador, eficiente y democrático, que sirva de balance entre ricos y pobres, entre los intereses particulares y el interés colectivo. Para ello, es urgente someter a una transformación profunda el Estado y sus instituciones. Por último, consideramos que resolver el problema moral es la tarea más importante que afrontan los(as) costarricenses en estos momentos de la vida nacional. En tal sentido, Liberación Nacional debe promover acciones enérgicas que contribuyan al fortalecimiento de los principios éticos y la honestidad en el ejercicio de la función pública y la vida privada de los(as) costarricenses.

Stéfano Arias Ocampo Eugenio Araya Chacón, Francisco Jiménez Reyes, Carlos Villalobos Arias, Alicia Fournier Vargas, Mónica Blanco Valverde, Oscar Campos Chavarría, Wálter Robinson, Davis Ricardo Sancho Chavarría y Alex Solís Fallas