::PLN debe virar a la izquierda
Mario Bermúdez
tomado de La República, 19 de marzo de 2003


Acaso algunos piensan que para el Partido Liberación Nacional (PLN) ya pasó la tormenta y la reforma ahora es casi un trámite, pero el secretario general Luis Guillermo Solís sostiene que apenas arrancó una segunda fase de la cual depende lograr una auténtica revitalización verdiblanca, o caer en una ilusión traicionera.

El momento determinante será la realización del Congreso, que deberá convocarse antes del 1º de mayo. “Va a ser fundamental, pero este Congreso no es un fin; es parte de un proceso de aproximaciones graduales, de una mejora del partido que deberá llevar a 2006, e incluso si ganamos, como esperamos, las reformas deberán seguir”, indicó Solís.

Este dirigente comentó que a su juicio el PLN superó la severa crisis a partir de las elecciones municipales de diciembre, con lo que pudo pasar de una estrategia defensiva a una reactiva y propositiva, pero aclaró que las amenazas no se han disipado sobre el panorama verdiblanco.

“El PLN es un movimiento que viene de vuelta, todavía tiene una gran capacidad de articulación, se aprecia en sus bases, vivas, pero ello no quiere decir que va a estar recuperado rápidamente, va a ser difícil y todavía hay una percepción del partido que no es positiva. Lo que pasa es que viene mejorando poco a poco”, dijo.

Solís justifica su confianza en el avance del proceso de reforma, que deberá pasar de la etapa de propuestas en grupos de trabajo y subcomisiones a la esfera del Congreso y la consulta con las bases. Pero no todo marcha viento en popa: reconoce que la participación no ha sido la conveniente.

“Los procesos se han dado principalmente entre dirigentes tradicionales, la participación de otros ha sido baja, insuficiente, por eso es importante en esta segunda etapa crear una efervescencia. Eso sí, debemos resaltar que había mucho escepticismo, y ahora algunos empiezan a acercarse”, manifestó.

La meta es una participación de entre 5 mil y 8 mil liberacionistas en todo el proceso del Congreso, con unos 1.000 en el plenario —para el cual se estrenará la participación de alcaldes, síndicos, concejales de distrito y representantes de sectores—. “Queríamos que no solo se presentara la dirigencia, sino incorporar voces de liberacionistas que no están en la estructura, y así reducir la posibilidad de argollas históricas”, indicó Solís.

Algunos de los temas han empezado a decantar —la propuesta del Código de Etica ya se consulta, y en la mayoría de las subcomisiones hay borradores para elevarlos al Congreso— pero uno de los debates clave todavía no permite vislumbrar su evolución: el tema ideológico.

“Siento una fuerte discusión, todavía no resuelta, si el partido avanza en un sentido conservador o uno más progresista. Personalmente creo que la gente le pide al PLN posiciones más claras en defensa de los más débiles, y esto no debe considerarse en nuestra época como una amenaza frente a debates como el Tratado de Libre Comercio (TLC) o la integración. Pero requerimos una nueva opción, una reconfiguración de las alianzas y la capacidad de convocatoria afectadas por casarnos con opciones excluyentes en las décadas pasadas”, dijo.Solís destacó que en el PLN hay “anchos aleros” para admitir diferentes orientaciones —desde grupos ubicados en la izquierda hasta otros identificados con la democracia neoliberal—, pero que en medio de la tolerancia hacia las formas de pensar, el Congreso debería encontrar una propuesta unificada para 2006.

“Yo preferiría un Congreso progresista, creo que para volver al centro, el PLN debe virar a la izquierda. Muchos de nuestros problemas se presentaron cuando el partido se desbalanceó hacia la derecha. Es mi impresión personal que el PLN no debe tener miedo de llamarse partido socialista y democrático, pero eso será un tema que deberá resolver el Congreso”, expresó.
Destacó que la reforma no debe perder de vista la premisa más importante del PLN en toda su trayectoria —la creación de una sociedad de oportunidades crecientes para todos— y a partir de ahí debe procurarse los puntos de consenso.

Pero no será el único tema sobre el tapete. Solís admitió que la reforma puede resultar estéril si es atrapada en una de las prácticas del pasado: elaborar un discurso en congresos e instancias del partido, y luego los dirigentes van en otra dirección. “La mayor crisis del PLN ha estado en su práctica política, no en la ideológica. Si no se traduce el discurso en una práctica política consistente no vamos a salir de la crisis”.
 

Tres etapas verdes El secretario general Luis Guillermo Solís consideró que se pueden identificar tres etapas en la ruta de la recuperación del PLN, que van desde el inicio de la Comisión Política de reforma, y deberían extenderse hasta la renovación total de autoridades: • Estabilización: del 25 de mayo de 2002 al 1º de marzo de 2003, caracterizada por la administración de la crisis, articular grupos que surgieron luego de la derrota electoral y el objetivo estuvo en recomponer el partido. • Construcción de nuevo proyecto: desde el 1º de marzo, a partir del paso de una actitud defensiva a una reactiva, en la cual se tomarán las propuestas y se procurarán definiciones, que deberán culminar en el Congreso, que debe estar convocado antes del 12 de octubre. • Elección de nuevas autoridades: con un nuevo proyecto claramente delineado, con el aval de las bases, se deberán elegir las nuevas autoridades: Comité Ejecutivo hacia diciembre, y arrancar las nuevas asambleas distritales hacia mayo de 2004, según el Estatuto. Reformas calientes Luego de la derrota electoral de 2002, en el PLN surgieron grupos interesados en impulsar una reforma. El proceso de discusión de propuestas en subcomisiones ha generado debates que pueden variar el futuro verdiblanco • Etica: hay una propuesta de Código de Etica, pero Solís resalta que es más importante el cambio de actitud, que se evidencia con las sanciones del Tribunal de Etica, incluso a dirigentes importantes como Rolando Araya, Emilio Baharet y la llamada de atención a Oscar Arias. • Ideología: existen varias corrientes, que van desde una que postula el regreso a las raíces socialdemócratas, hasta otra que se inclina por una concepción modernizante, la cual avala los planteamientos neoliberales. Solís resaltó que la definición dependerá del Congreso. • Organización: en las propuestas se incorporan sectores como la sociedad civil, formas de representación que vendrían a complementar la dirigencia tradicional. Se podría evidenciar desde la convocatoria del Congreso. • Participación: se barajan varias propuestas para renovar la relación entre partido y bases. El objetivo es pasar a una comunicación fluida y una participación constante. • Finanzas: hay tres situaciones que concentran la atención: las deudas de la campaña, por ¢280 millones; los gastos de funcionamiento del PLN, por ¢3 millones al mes, y los costos del Congreso, que podrían oscilar entre ¢20 millones y ¢30 millones. • Congreso: se espera que sea el punto culminante del proceso de reforma y que reactive al PLN como agrupación con vitalidad.