¿"Pelear con acciones directas
y no simbólicas" como quiere Naomi Klein u "organizar el éxodo"
del nuevo poder soberano que gobierna la tierra para intentar construir
un nuevo mundo posible", como propone Toni Negri?
Esta es la gran pregunta, el duro desafío que atraviesa hoy el movimiento de los movimientos. ¿Bajar a las bases o desobedecer?
La canadiense de vanguardia cuyo libro No logo es la biblia de los movimientos antiglobales y el profesor universitario que trazó una vista panorámica del poder actual en su ensayo Imperio, sostuvieron un debate a la altura de los tiempos. Negri en vivo, Klein desde la pantalla. Fue una video conferencia en la que participaron 3000 personas convocadas por el festival Radio Sherwood, organizado por el movimientos de los Autónomos de Pádova. El debate comenzó a las 9 de la noche y debió terminar a las 11, cuando Negri tuvo que regresar a la casa de su hermana, donde está ahora cumpliendo régimen de libertad vigilada, inculpado de apoyo al terrorismo urbano en la década del 80.
Aquí reproducimos una síntesis:
Naomí Klein: Después de una año de grandes luchas globales, percibo con claridad que un ciclo se cerró y que es necesario abrir una nueva fase. Estuve recientemente en Argentina, donde estoy montando un video sobre la resistencia en Buenos Aires. Allí están sucediendo hechos de violencia inaudita, y no es el único lugar en el mundo. Continúan las violaciones a los derechos humanos y se asesina sin pudor. Y sin embargo en el mundo nadie hable de la violencia desatada donde han muerto dos piqueteros. Nadie olvida aquí el nombre de la víctima de Génova -"se refiere a Carlo Giuliani asesinado en lla manifestación contra la G8 el año pasado-, pero ninguna conoce el nombre de los jóvenes asesinados por la policía pocas semanas atrás, ni mucho menos de los 27 muertos en los últimos tiempos en Argentina.
Toni Negri. Me impacta mucho la gran madurez de Klein para captar el momento. Pero perdón, no termino de entender si es americana o canandiense. (Le dicen que es canadiense, él asiente con la cabeza y sigue su discurso).
En efecto, debemos reconocer que es necesario moverse sobre el terreno de la globalización. Porque el estado nación, aquel tradicional, aquel que fabricaba dinero y armaba al ejércitos, ya está muerto. Y hoy se está materializando el imperio: En los ulitmos decenios, con el fin de los regimenes coloniales y la caída de la Urss, asistimos a una irresistible e irreversible globalización del intercambio económico y cultural. Junto al mercado global y a los circuitos globales de la producción surgió un nuevo orden global, una nueva logica y una nueva estructura de poder: una nueva forma de soberanía. Ahora el imperio es el nuevo sujeto político que regula los intercambios mundiales, el poder soberano que gobierna al mundo.
Klein: Creo que ya pasó el tiempo en el que podíamos conformarnos con manifestar fuera de la cumbre de los jefes de estado y de organizar las manifestaciones que no fueron otra cosa que parodias. Sé que aunque entre nosotros existe todavía quien cree que está participando en una revolución en miniatura y piensa que el objetivo es llevar a la calle la mayor cantidad de gente posible. Pero no es así. La debilidad del movimiento está en el hecho de que funciona bien para organizar las iniciativas de protestas, pero no alcanza para llevar adelante las iniciativas comunes que son urgentes. Lo que no conseguimos hacer es mover a nuestra comunidad hacia los objetivos concretos.
Negri: Debemos entender que todo ha cambiado. El viejo estado nación que atropelló a la ciudadanía y que daba repugnancia con su concepto de patria es una gran infamia, ese concepto de nación es una gran vergüenza, dejó el lugar a una situación tragica y pesada, donde se está construyendo una nueva forma de soberanía global, donde los poderosos están peleando para decidir quién gobernará sobre el imperio. Es el momento en el que la guerra comienza a funcionar como forma de legitimación del Imperio. Tomemos como ejemplo el gobierno de Estados Unidos: quiere legitimar el poder a través de la guerra, un poder de policía mundial que necesita un regimen de guerra infinita. Contra esta legitimización belica del poder es que debemos luchar, inventando nuevas formas de lucha aniticapitalista. No son tanto los gobiernos particulares a los que hay que presentar batalla, terminemos de una vez con las fronteras. Debemos desarrollar una idea de una lucha más amplia, poniendo juntas la fuerzas de todos los paises que se oponen al nuevo orden global.
Klein: Las grandes manifestaciones de protesta ya no alcanzan. Creo que llegamos al momento de pasar a la acción concreta, de hacer acciones directas y no más solamente simbólicas. Volver a producir efectos prácticos e inmediatos sobre la vida de la población. Como ocupar las tierras, conectar la luz a las casas que no tienen, requisar medicinas y alimentos para todos, liberar a los inmigrantes de los centros de acogidas, como sucedió en el desierto de Australia. Pienso que es mejor combatir las nuevas estructuras que el orden global está imponiendo que quedarse en las ciudades haciendo pequeños encuentros entre nosotros.
Negri: Los nuevos patrones del mundo pusieron la guerra en nuestra vida. Pero nosotros no queremos la guerra, no nos interesa, la refutamos, y no queremos ni siquiera responder con otra guerra. Por eso seremos desobedientes y organizaremos el éxodo de todo esto, haremos como los primeros cristianos que se negaron al Imperio. Provocaremos la deserción para vaciar este mundo y que no haya ninguna persona más que se pueda sentir fuera.
Klein: Al movimiento le sirven las nuevas raíces, la nueva idea de internacionalismo y un fuerte empujón antifundamentalista. Se necesitaría pensar en crear una suerte de asamblea constituyente para el movimiento y abrir un segundo ciclo de luchas contra los que quieren imponer la guerra global permanente. No se puede pensar, en el nuevo orden global, en seguir aceptando el trazado de un mundo que deja fuera del bienestar mundial a semejante porción de la población. Pero para hacer esto, no hay reglas ni modelos a seguir. Hay que inventar cualquier cosa nueva, salir de los esquemas preconcebidos y de las experiencias nefastas del pasado, como aquéllas de matriz marxista-leninista, prisioneras de las ideologías rígidas y viejas de hace cincuenta años, que siempre pensaron en la gente solo para usarla para sus propios fines e intereses, y que se montaron en las protestas sólo para justificar su propia existencia.
Negri: La izquierda se arruinó sola. Los mismos sindicatos fueron los que desmontaron la fuerza de clase que nosotros habíamos construido con nuestras luchas operarias e intelectuales en el 68. Y ahora encontramos un cuadro mundial en el que todas las reglas que habíamos querido conquistar se han roto, como las de la representación y las de la organización política y sindical, y hasta la de la distribución de la riqueza. Todo entró en crisis. Ahora sería importante empezar a pensar qué sería una nueva izquierda, e imaginar construir juntos el exodo de esto mundo de guerra, que no quiere decir escapar, sino proyectar una nueva realidad en la que una persona no tenga que avergonzarse de ser comunista. Si quieren formar parte de este cambio hasta los comunistas pueden sumarse a nosotros pero comencemos a trabajar juntos para construir el exodo hacia un mundo posible. ¡Y por favor, no nos traicionen otra vez!