En una sola moción se logró
plasmar ayer el cambio que pretendían impulsar las autoridades del
PLN. Y logró la aprobación masiva. En ella se acordó
convocar al Congreso Nacional en un plazo no mayor de 60 días naturales
a partir del 1 de marzo y otorgarle como plazo máximo para deliberar
el 12 de octubre. Pero también se le otorgó carácter
vinculante y de acatamiento obligatorio a las decisiones, resoluciones
y directrices que adopte ese foro. Los puestos de Marielos Sancho (presidenta),
Luis Guillermo Solís (secretario general) y Óscar Alfaro
seguirán vigentes al menos hasta 60 días después de
que termine el citado Congreso.
El foro deberá tener una amplia participación que Solís calculó en cerca de 1.000 liberacionistas y deberá sentar las bases de una reforma “ideológica y programática” de la agrupación. Lo único que no se aprobó fue darle potestad al foro para elegir al comité ejecutivo.
Los asambleístas aprobaron la moción
luego de que el tesorero les brindó los detalles contables.
“Esas deudas pertenecen a Liberación Nacional, pero sí hay una responsabilidad de los anteriores jerarcas de la campaña”, sentenció Alfaro. El alcalde de San José, Johnny Araya, quien asistió a la asamblea y se desempeñó como jefe de campaña, aseguró que el partido tenía una proyección de ingresos con la deuda política bastante superior a la que recibió, “y los resultados no son responsabilidad de quienes dirigimos la campaña, son del partido”, manifestó.
Por la paz. Los asambleístas aprobaron una moción de Francisco Morales, en respaldo a las Naciones Unidas ante la amenaza de guerra en Iraq, que al final rezó: “Para que Costa Rica construya urgentemente –como lo ha hecho en los gobiernos liberacionistas– una vigorosa e inteligente política exterior con visión mundial”. Muchos recordaron ahí el reciente caso del embajador en la ONU, Bruno