:: Lubricar la maquina de guerra

Charles-André Udry

¿Cuándo va a empezar la guerra bajo la férula de los EEUU? Los "observadores" han pasado del sí al cuando. Pero ¿es que no ha
comenzado ya esta guerra?

Solo durante el mes de Agosto 2002, los cazabombarderos ingleses y estadounidenses han efectuado "diez salidas" sobre el territorio irakí con el fin de bombardear " puestos de mando". Al amparo de los debates públicos - más exactamente, de una vasta campaña de información tendenciosa - las fuerzas militares norteamericanas se están desplegando en una zona en torno a Irak, a un ritmo superior al que tuvo lugar durante la operación " Escudo del  Desierto" (8 Agosto 1990 - 15 Enero 1991), fase preparatoria de la ofensiva "Tormenta del Desierto ". Un diagrama de la situación de las tropas norteamericanas - ciertamente, de importancia desigual- en el Oriente Medio, en Asia Central y en el Cuerno de Africa, permite medir la amplitud del dispositivo: Pakistán, Afganistán, Ubezkistán, Kirguikistan, Kazakistan, Tayikistan, Georgia, Azerbayan, Turquia, Jordania, Egipto, Kuwait, Arabia Saudita, Qatar, Bahrein, Omán, Yemen, Eritrea y Kenia. A eso se añaden los buques de la flota estadounidense que cruzan el Golfo Pérsico, el mar de Omán, el mar Rojo, el Mediterráneo. En este dispositivo, tiene su sitio Israel.

De ahí que no haya que asombrarse porque los especialistas norteamericanos subrayen que la logística para llevar a cabo una
guerra contra Irak resulta cualitativamente superior hoy a la existente en 1990. (1)

El monopolio del potencial

Se va a abrir una tercera etapa de la guerra contra Irak. Tras la guerra contra Afganistán, con ella se pone de relieve un nuevo
despliegue del imperialismo norteamericano, que es la continuación de la fase de transición que va desde finales de 1980 al 2001.

Las líneas de fuerza de esta política han sido esbozadas ya a comienzos de los noventa, por miembros influyentes del circulo actual que rodea a George W. Bush. Así, el 8 de Marzo de 1992, el New York Times filtraba el contenido de un proyecto de Guía para la Planificación de la Defensa para los años 1994-1999, escrito a la atención del Pentágono. ¿Se trataba de definir la política diplomática y militar de los EEUU para la posguerra fría (tras la implosión de la URSS)? ¿Autores? Dick Cheney (el Vicepresidente actual), Donald Rumsfeld ( actual Secretario de Defensa) y Zalamy Khalilzad, que representa ahora al National Security Counsel ante Karzai en Afganistán. Este documento " sostenía que la misión de EEUU consistía en asegurar que ninguna otra potencia pudiera emerger en el resto del mundo. Los EEUU podrían hacer eso convenciendo a los otros países industriales avanzados que los EEUU defenderían sus intereses legítimos y manteniendo un potencial militar suficiente. Los EEUU deben establecer mecanismos a fin de disuadir a potenciales competidores de buscar, incluso tener la pretensión de desempeñar un  papel regional más importante o un papel mundial. El documento describía a Rusia y a China y a otras potencias industriales y
advertía que Alemania, Japón y otras potencias industriales podían tener la tentación de rearmarse, de adquirir armas nucleares si su seguridad estuviera amenazada, y eso podría conducirles a entrar en competencia con los EEUU " (2).

Esta orientación es asombrosamente similar a la contenida en declaraciones de Condoleezza Rice, Consejera de G. W. Bush en materia de seguridad nacional, de D. Rumsfeld o de D. Cheney. Y así, el New York Times del 20 de Septiembre de 2002 daba cuenta de un documento titulado "Estrategia de seguridad nacional de los EEUU " en un articulo con el título: " Bush expone la doctrina: atacar primero a los enemigos". Se puede traducir así: guerra preventiva.

El New York Time comentaba así este documento: " demuestra un planteamiento de la seguridad nacional más sólido y agresivo que el efectuado tras el periodo de Reagan. Incluye el rechazo de la mayor parte de los tratados de no-proliferación (de armas nucleares) a favor de una estrategia de "contraproliferación", haciendo referencia a todo, desde el escudo antimisiles hasta el desmantelamiento de las armas y de sus componentes. Este documento indica que las estrategias de contención y de disuasión - pivotes de la política norteamericana desde los años cuarenta - están destinadas a su liquidación. No hay posibilidad en este mundo en transformación, sostiene el documento, de disuadir a los que "odian a los EEUU y a todo lo que ellos defienden".
" Norteamérica, en la hora actual, está menos amenazada por Estados conquistadores que por Estados fallidos (como Irak), lo que apunta a la desaparición de numerosos elementos de las estrategias del periodo de guerra fría. Uno de los elementos más impresionantes de este documento de nueva estrategia reside en la insistencia en que "el Presidente no tiene la intención de permitir a cualquiera que sea la potencia extranjera de colmar el retraso respecto al enorme adelanto alcanzado por los EEUU, tal como se ha consolidado desde la caída de la Unión Soviética, hace ya una década ". " Nuestras fuerzas serán suficientemente sólidas", afirma el documento de Bush " para disuadir a los adversarios potenciales de perseguir un proyecto de constitución
de una fuerza militar que pueda sobrepasar, o incluso igualar, la potencia de EEUU ". Con una Rusia que está tan trabada
financieramente, esta doctrina parece dirigida a potencias como China que aumenta sus fuerzas convencionales y militares".

Todo es de conformidad con las tesis desarrolladas en la Nuclear Posture Review de enero de 2002, con los discursos de Rumsfeld, con la última entrevista concedida por Condoleezza Rice al Financial Times (23 Septiembre 2002). El diario inglés resumía así su punto de vista: " En resumen, la señorita Rice y el señor Bush creen que pueden a la vez dominar a otros países y construir alianzas con ellos. La supremacía militar de EEUU, dicen, debe disuadir a otros países de perseguir su propio incremento de medios militares y empujarles a extender la colaboración a otros campos".

El mercado de la energía en el siglo XXI

Es a la luz de esta orientación de conjunto del imperialismo norteamericano que hay que entender la nueva guerra contra Irak. Los
desequilibrios e inestabilidad política - a escala de un país o  de una región - que pueden provocar tal guerra est&aacutte;n integrados en esa estrategia. Son susceptibles de ofrecer ocasiones de reconfigurar unas relaciones de fuerza a favor de EEUU y / o de alguno de sus aliados privilegiados, de asegurar la toma de control de ciertos países ("cambiar el régimen"), con sus nuevos recursos, de establecer nuevas alianzas, de debilitar las posiciones de sus competidores actuales y potenciales.

Hay ahí una manifestación característica de una empresa imperialista de redistribución de "zonas de influencia", de conquista y de pillaje. Todo eso en un contexto en el que el capital financiero ha impuesto sus reglas de "desregulación" y en el que las "presiones" de los pueblos dominados de la "periferia" así como de la clase obrera norteamericana se ven aliviadas en sincronía con la implosión de las colectividades burocráticas.

En la actual conformación de la preponderancia de EEUU, la dimensión militar es crucial. Encorseta las contradicciones interimperialistas con ventaja para los EEUU. Pues, es un hecho excepcional en la historia que este país es la primera potencia y el primer deudor del mundo. Los flujos financieros provenientes de Europa, del Japón y del resto del mundo financian los déficits norteamericanos. De ahí el interés de dominar otros flujos, los del petróleo entre otros, una fuente de energía que está en el centro de una encrucijada industrial decisiva, que va de la química a la electrónica pasando por el automóvil.

Aquí, Irak ocupa el lugar de una "superpotencia" fallida. Si EEUU dependen de los flujos financieros canalizados por Wall Street, estánigualm ente "encadenados" a las importaciones de petróleo para sus necesidades energéticas. El National Energy Policy Report de mayo 2001 - conocido por la denominación de Informe Cheny - indicaba dos prioridades: aumentar y asegurar el acceso a largo plazo a los recursos petrolíferos de la región del Golfo Pérsico y diversificar el aprovisionamiento.

Ahora bien, Irak dispone de la segunda reserva petrolífera comprobada del mundo. 112 mil millones de barriles. Pero hace mas de dos décadas que las investigaciones geológicas han sido interrumpidas; y solamente 24 de los 73 pozos suyos están en funcionamiento. Diversas estimaciones sitúan, por tanto, las reservas irakíes en la cota de los 250 mil millones barriles ( en comparación : 49 mil millones de reservas comprobadas para Rusia) (3) Además, este petróleo es de muy buena calidad, su coste de extracción es muy bajo, su transporte fácil. Dicho de otra manera, el dominio de los recursos petrolíferos irakíes permitirá tener una influencia determinante sobre los mercados de la energía del siglo XXI.

Por consiguiente, este petróleo es el objeto de codicias incontables. En Junio de 2001, durante el debate en la ONU sobre las "sanciones inteligentes" contra Irak, Francia propuso una resolución permitiendo las inversiones extranjeras en petróleo, necesarias puesto que la carencia de piezas de recambio hacía problemática la producción en curso. EEUU y Gran Bretaña bloquearon el proyecto. A pesar de esos obstáculos, diversas firmas petroleras han efectuado contratos con el Gobierno irakí. Han adquirido derechos de prospección y extracción directas, sorteando así la tradicional política de la empresa del Estado irakí.

Pero todos esos planes corren el riesgo de derrumbarse. Pues EEUU se interesan estrechamente por el "cambio de régimen" en Irak. Y los contratos de las sociedades norteamericanas, europeas, rusas y chinas referentes a la explotación de ciertos campos petrolíferos - que encubren 44 mil millones barriles según la Agencia Internacional de la Energía en su World Energy Outlook 2001, es decir un total equivalente a las reservas conjuntas de EEUU, Canadá y Noruega - serán declarados nulos y sin efecto... en caso de "cambio de régimen". Ahmed Chalabi, el dirigente del Congreso nacional irakí (un grupo de la oposición  financiado por las empresas petroleras norteamericanas y sostenido por la Administración Bush) ha hecho saber cortésmente que favorecerá la
implantación de consorcios norteamericanos y que los contratos firmados por Sadam Husein serán considerados sin valor legal... a menos que el nuevo gobierno los reconozca. En cuanto a la prospección de vastas regiones, estará en primer lugar la empresa de Dick Cheny, Halliburton - con sus adquisiciones, Landmark Graphics y Numar Corporation, especializadas en la evaluación de reservas de petróleo y gas - para evaluar los "haberes irakíes" en el subsuelo. Es la dimensión de ayuda al desarrollo de la neocolonización.

"Alíneense"

James Woosley ilustra otro aspecto de la política de alianzas de EEUU con vistas a "eliminar las armas de destrucción masiva" y de "cambiar el régimen" de Irak. J. Woosley, ex director de la CIA, declara sin ambages que las negociaciones entre los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se realizan sobre un fondo de regateo: aquellos que se alinean con EEUU tendrán derecho al reparto de los despojos, los otros deberán reflexionar sobre sus futuras alianzas.

Pues bien, el control del petróleo irakí permitirá a EEUU disponer no solamente de "depósitos" que garanticen la regularidad de los
aprovisionamientos en caso de crisis con Arabia Saudita sino también de un instrumento de presión sobre el precio de petróleo. Según el petróleo que se extraiga- aunque solo sea para pagar la guerra- se debilitará la OPEP y con ella la Venezuela de Chavez. En cuanto a Arabia Saudita, vera quebrantada su estabilidad financiera cuando la cotización del petróleo descienda el umbral de los 18 dólares el barril. De este modo EEUU dispondrá de un punto de apoyo eficiente para acompañar otro tipo de cambio de régimen. Según sea la cotización del petróleo, pueden verse devaluadas las inversiones en Rusia, dado que resulta elevado su coste de extracción en Siberia. Toda la economía rusa se resentirá. Y eso lo saben Putin y sus acólitos de la Lukoil. EEUU ya ha logrado abrir una brecha en el monopolio ruso del transporte de petróleo con el lanzamiento del oleoducto de Bakú ( Caspio)- Tbilisi ( Georgia) -Ceyhan (Turquía). El descontento de Schröder frente a las iniciativas contundentes de Bush se ha revelado
pronto fuertemente electoral. Su visita a Blair el 24 de Septiembre marca la primera etapa de una realineación. La llamada al orden del Presidente ejecutivo de poderoso grupo Siemens, Heinrich von Pierer, será escuchada; " Las relaciones de Alemania con los EEUU son particularmente importantes: no puede tocarse a la ligera el acuerdo sobre los valores políticos fundamentales y la orientación económica. (...) Los recientes comentarios del señor Schröder sobre la política norteamericana respecto a Irak estaban indiscutiblemente alimentados por el calor de una campaña electoral " (6). Las alienaciones sobre la posición norteamericana se producirán mas rápidamente de lo que algunos piensan. Las tomas de posición de los imperialismos europeos
no merecen la adulación de cierta izquierda.

 Bush y la industria de armamento

"Por lo menos 32 cargos importantes de la Administración Bush han sido miembros de consejos de administración, consultoras o importantes
accionistas de empresas proveedoras de armamento; y 17 de esos cargos
(designados por el circulo presidencial) tienen vínculos con
proveedores decisivos del sistema de defensa con misiles: Lockheed
Martin, Raytheon, Boeing y Northrop Grumman" He ahí lo que se pudo
leer en el Washington Post del 18 de Agosto de 2002.

Esta situación llevó a decir a W.H. Hartung, especialista en cuestiones de armamento: " En resumen, la industria de armamento
nuclear no tiene necesidad de grupos de presión en la Administración Bush, en gran medida son ellos la Administración Bush" ( The Nation, 13 Junio 2002).

Esta constatación tiene que ser valorada a la luz de la doctrina militar de la Administración republicana sobre armamento nuclear y
sobre su posible utilización. En Marzo de 2002, fue expuesta, a grandes trazos, por William M. Arkin. Explicaba que, por un lado, esta política implicaba "planes integrados y sensiblemente ampliados para la conducción de guerras nucleares" y que la misma " se contraponía a una doctrina (...) que había relegado las armas nucleares a la categoría de armas de último recurso" ( Los Angeles Times, 10 de Marzo de 2002).

Desde entonces, un gran número de estudios y de artículos permiten deslindar los tres elementos que llevan a editorialistas
norteamericanos a subrayar que, actualmente, "las armas nucleares no son solamente otro elemento del arsenal" ( New York Times, 10 de Marzo de 2002). En primer lugar, el Pentagono tiene a su cargo poner a punto planes que impliquen la utilización de armamento nuclear contra los enemigos potenciales que dispongan o nó de tales armas. En segundo lugar, el umbral que autoriza el uso de armas nucleares debe bajarse: la supervivencia de EEUU ya no es el criterio. Las "represalias" contra el uso de armas químicas o biológicas en una parte del mundo, un conflicto sobre el estatus de Taiwan o simplemente " desarrollos militares inesperados" justificarían la utilización de armas nucleares miniaturizadas con el fin de atacar bunkers que resistirían a las
armas llamadas convencionales.

Estos destinos "civilizados" del armamento nuclear se inscriben en una nueva estrategia de despliegue del armamento nuclear. Esta denominada "nueva triada" incluye. 1º un sistema de ataque (con armas nucleares y no nucleares); 2º un sistema de defensa antimisíl (escudo); 3º una renovación de las infraestructuras a estos efectos.

A la vista de estos planteamientos, son legitimas dos cuestiones. ¿Qué empresas se beneficiarán de esos nuevos pedidos de armamento? ¿Cuáles son los representantes del lobby militar que planifican las compras y gastos enormes? En 21 meses, la Administración Bush ha reclamado ya más de 150 mil millones de dólares de nuevos gastos para armamento mientras que los gastos para la seguridad interna han doblado pasando de 18 a 38 mil millones.

 A la primera cuestión, quienes son los beneficiarios, la respuesta es relativamente simple. La concentración en la industria de armamento se ha operado a un ritmo sostenido. Encontramos, pues, entre los receptores de las rentas presupuestarias a un número restringido de sociedades: Lockheed Martin (constructor del F 16, del F16 Raptor, del AC 130 y del futuro Joint Strike Fighter/ F 35), General Dynamics (tecnologías de guía de para diversos tipos de armas), Boeing y su división McDonell Douglas (transportadores y bombas " inteligentes": los Joint Direct Attack Munition), Raytheon ( los misiles Tomahawk, Tow, Maverick, Javelin, y las bombas antibunker GBU 28....), Northrop Grumman (el bombardero B 2, el F 14, el Global Hawk, avión sin piloto...). TRW (Thompson-Ramo-Wooldrige, especializado en los sistemas de comunicación) Bechtel (constructor de sitios de toda clase
en Nevada como en Arabia Saudita o en Qatar)

A eso hay que añadir un gran número de laboratorios ( Los Alamos, Livermore...) y las universidades. He ahí como subvencionar, sin " distorsionar la libre competencia", a sectores enteros de la industria norteamericana, con gran perjuicio de los competidores europeos. La supremacía tecnológica es un factor importante de la estrategia imperialista y la potencia militar permite imponer contratos de venta de sistemas de armamento norteamericano, desde Corea del Sur a Australia (véase "Gripes Over U.S. Grip on Arms Trade", Far Eastern Review, 26 Septiembre 2002).

Las estrellas del lobby militar en la Administración Bush rivalizan con las del sector petrolero. Dick Cheney, el vicepresidente, era
miembro de la dirección de un organismo de gran influencia en el  campo del armamento: el Center for Security Policy. Su mujer, Lynne Cheney, pertenecía al consejo de administración de Lockheed Martin y recibía 120,000 dólares por cuatro reuniones anuales. Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa, ha estado asociado durante muchos años al Center for Security Policy y es miembro de dos comisiones encargadas del estudio sobre el escudo antimisil y la militarización del espacio. Stephen Hadley, miembro actual del Consejo Nacional de Seguridad, trabaja en el despacho de abogados que representa a Lockheed Martin.
Pete Aldrige, Subsecretario de Defensa, responsable de las adquisiciones, proviene de McDonell Douglas Electronics Systems
(Presidente Ejecutivo de 1988 a 1992). Después de Aerospace Corporation, que está en la 33 posición entre los proveedores del
Pentágono. Robert Joseph, ayudante especial del Presidente Bush, estaba ya presente en la Administración de Bush padre y de Reagan y disponía de una gran influencia en la National Defense University que mantenía estrechos lazos con la industria de armamento.

Paul Wolfowitz, Subsecretario de Estado de Defensa, ha sido embajador norteamericano en Indonesia de 1986 a 1989 (durante la dictadura de Suharto). Después, Subsecretario de Defensa al lado de Dick Cheney con Bush padre. También ha servido de consultor para Northrop Grumman Stephen Cambone, uno de los hombres de Rumsfeld para traducir las opciones militares en partidas presupuestarias (es Director de la Oficina de Programación). Fue uno de los directores de investigación en la National Defense University. Richard Perle, presidente del Defense Policy Board, organismo de enlace entre la administración
presidencial y el Pentágono, tiene fama por su ardor a favor de una intervención militar en Irak. Ha servido bajo Reagan y sigue
impartiendo enseñanza en el Instituto de las empresas norteamericanas: American Entreprise Institute. Peter B. Teets, Subsecretario responsable de las fuerzas aéreas, fue presidente de Lockheed Martin de 1997 a 1999. Comenzó su carrera en Martin Marietta (empresa de Denver que se fusionó con Lockheed en 1995). Gordon England, Secretario para las fuerzas navales, ha sido vicepresidente de General Dynamics de 1997 a 2001.

1.Los Angeles Times, 10 Septiembre 2002
2.Véase el estudio de Frances FitzGerrald "George Bush & the World" en
The New York Review of Books, 26 Septiembre 2002
3.Raad Alkadiri," The Iraqi Klondike. Oil and Regional Trade", Middle
East Report, 220, otoño 2001.
4.Washington Post, 15 Septiembre 2002.
5.El Pais, 16 Septiembre 2002.
6.Financial Times, 24 Septiembre 2002.

 Traducción: J.H.Vigueras

Tomado de El Grano de Arena