Felipe
González Márquez
1942-
Político español, presidente del
gobierno (1982-1996). Segundo de cuatro hermanos de una familia de clase
media sevillana, su padre fue propietario de una vaquería, tenía
ideas republicanas y había estado afiliado a la Unión
General de Trabajadores (UGT). Realizados los estudios primarios y
el bachillerato en el colegio San Antonio María Claret de Sevilla,
se inscribió primero en filosofía y letras y, en 1959, comenzó
a estudiar derecho. Así mismo, estudió economía y
relaciones laborales en la Universidad de Lovaina (Bélgica). Su
actividad política se inició ya en sus años de universidad,
en contacto con sectores obreros católicos. Se afilió a las
Juventudes
Socialistas en 1962 y al Partido Socialista
Obrero Español (PSOE) en 1964. Trabajó en Sevilla como
abogado laboralista desde 1965 hasta 1974. Contrajo matrimonio con Carmen
Romero en 1969, con la que tuvo tres hijos. Formó parte, en 1970,
de la Comisión Ejecutiva del PSOE, en representación de los
socialistas del interior, como secretario de Prensa y Propaganda, adoptando
en la clandestinidad el sobrenombre de Isidoro.
En 1974, se convirtió en secretario general del PSOE en el Congreso de Suresnes (celebrado en dicha localidad francesa), en el que se decidió que la Comisión Ejecutiva pasara íntegramente al interior y no estuviera compartida con el exterior (no hay que olvidar que los partidos políticos estuvieron prohibidos durante todo el régimen del general Francisco Franco). Allí presentó, en nombre de los representantes del interior, una resolución política en la que se afirmaba que los socialistas tenían como tarea prioritaria la “lucha y conquista de la democracia”. Participó, después de la muerte del dictador Francisco Franco, en las negociaciones políticas para encauzar un sistema constitucional en España, dentro del proceso que se ha conocido como la transición democrática. Impulsó la convergencia de los diferentes socialismos en el PSOE y, en mayo de 1979, en el XXVIII Congreso de este partido, propuso una línea socialdemócrata similar a la de otros partidos europeos así como el abandono de la definición marxista que había sido reforzada en 1976 en el XXVII Congreso como seña de identidad del socialismo español. Sin embargo, el Congreso socialista se reafirmó en el marxismo y Felipe González dimitió como secretario general. Propuso que una gestora dirigiera el partido hasta un próximo Congreso extraordinario que comenzó el 28 de septiembre y en el que reforzó su papel político, saliendo elegido nuevamente secretario general. Diputado por Madrid desde 1977, ha formado parte de todas las legislaturas.
En 1982, se convirtió en presidente del gobierno cuando el PSOE consiguió la mayoría absoluta de los escaños en las elecciones generales de octubre y revalidó ésta en las convocatorias de 1986 y 1989. En 1986, firmó el Tratado de Adhesión a la Unión Europea, que acababa con el secular aislamiento español de los circuitos internacionales y propiciaba una plena integración económica y política en la Europa desarrollada. En marzo del mismo año, planteó la celebración de un referéndum para aceptar o no la incorporación de España a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), ganando el sí mayoritariamente. Sus triunfos electorales propiciaron un liderazgo indiscutible en el PSOE y se convirtió en el eje de todos los debates políticos habidos en el socialismo español.
Una serie de leyes elaboradas por sus gobiernos y por el grupo parlamentario socialista transformaron las estructuras jurídicas con el objetivo de adaptarlas a las nuevas circunstancias políticas y sociales. Desde las de Educación al nuevo Código Penal, pasando por nuevas normas económicas y administrativas, los cambios legislativos fueron intensos. En diciembre de 1988, tuvo que enfrentarse a una huelga general convocada por las dos sindicales mayoritarias, UGT y Comisiones Obreras. La situación entre su gobierno y los sindicatos se había ido deteriorando como consecuencia de los ajustes económicos que mantuvieron unas política de contención de salarios y que tuvo como colofón la Ley sobre la reforma de las pensiones, en 1985. El líder sindical ugetista Nicolás Redondo era entonces diputado socialista y no votó dicha ley. Ello aceleró la fractura entre el PSOE y la UGT, que formaban parte de un tronco histórico común, y acentuó el enfrentamiento personal y político, finalizando un modelo de convivencia socialdemócrata. El PSOE, mayoritariamente, respaldó a Felipe González en sus posiciones, y aunque estuvo decidido a dimitir como presidente del gobierno, al final tuvo que retractarse. El triunfo socialista en las elecciones de octubre de 1989 reforzó su posición de liderazgo en la sociedad española y en el partido socialista.
El 1 de enero de 1989, asumió, por primera vez, la Presidencia de la Unión Europea. En 1993, ganó las elecciones sin mayoría absoluta y se convirtió de nuevo en presidente con el apoyo parlamentario de la coalición nacionalista catalana Convergència i Unió, practicando una política de reajuste económico que posibilitara la superación de la crisis y la creación de empleo. Los casos de corrupción y una política de hostigamiento constante por parte del principal partido de la oposición (el Partido Popular) y de la coalición Izquierda Unida, alentada por determinados medios informativos, que le acusaron, incluso, de haber sido el instigador de las acciones de la organización terrorista, que luchó ilegalmente contra el terrorismo de ETA, el GAL (Grupos Armados de Liberación), provocaron el adelanto de las elecciones generales, cuando Convergència i Unió cesó en su apoyo parlamentario, después de haber ejercido la Presidencia de la Unión Europea, en el segundo semestre de 1995, por segunda vez.
En las elecciones de marzo de 1996, de nuevo candidato del PSOE para
el cargo de presidente del gobierno, consiguió un gran apoyo electoral
de 9.407.678 votos (141 escaños del grupo socialista en el Congreso)
en contra de los pronósticos. Desempeñó el cargo de
presidente en funciones hasta mayo de ese año, cuando fue sustituido
por el vencedor de aquellas elecciones, el líder del Partido Popular,
José María Aznar. Desde entonces pasó a ser el presidente
del grupo socialista en el Congreso y, por tanto, principal figura de la
oposición. En diciembre de 1996, la Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) le envió para
que informara sobre la legitimidad de las recientes elecciones municipales
en Serbia, que habían motivado una gran campaña de manifestaciones
de la oposición al régimen de Slobodan Milosevic.
El 20 de junio de 1997, durante la sesión inaugural del 34º
Congreso del PSOE, Felipe González anunció su decisión
de no continuar desempeñando el cargo de secretario general del
partido, por lo que el ex-ministro Joaquín Almunia pasó a
sustituirle en dicha responsabilidad. González se dedicó
a coordinarr los trabajos de la Comisión
de Progreso Global de la Internacional
Socialista de la cual es vicepresidente.