"Arrollar al adversario en materia filosófica, ¡que atrocidad! El verdadero filósofo sabe muy bien que no está instituido contra su adversario, sino que está instituido junto a su adversario y a los demás frente a una realidad siempre mayor y más misteriosa" (C. Péguy).
"Yo no intento convencer a mi adversario de su error sino a alcanzar con él una más profunda verdad" (Lacordaire).
"Una clase, incluso y sobre todo una clase de filosofía se organiza en función de unos conocimientos que hay que transmitir, unos textos que explicar, ciertas nociones que esclarecer, unos problemas que analizar con el fin de darse cuenta de la complejidad que hay en ellos. Se trata siempre de hacer comprender, jamás de hacer admitir. El profesor no tiene que inculcar ni juzgar opiniones, sino que tiene que enseñar a juzgar. (...) El profesor no tiene que hacer reclutamiento, sino explicar; tiene que hacer comprender, y no convencer" (J. Rassam).
"Ser maestro no significa simplemente afirmar que una cosa es así, o recomendar una lectura, etc. No. Ser maestro en un sentido preciso es ser aprendiz. La educación comienza cuando tú, maestro, aprendes del aprendiz, te pones en su lugar de modo que puedas entender lo que él entiende y de la forma en que él lo entiende" (S. Kierkegaard).
"La lectura auténtica consiste en ponerse en la posición del autor y asimilar su forma de pensar" (C. S. Peirce).
"El filósofo sin duda busca la verdad, pero también está interesado en descubrir lo que se encuentra detrás de hechos particulares de experiencia; de los detalles de la historia. El filósofo se interesa por el significado subyacente que habitualmente usamos sin pensar, por las categorías con arreglo a las cuales ordenamos nuestra experiencia. Así, él o ella dirán no sólo que buscan la verdad, sino una verdad o teoría que pueda explicar lo particular y lo cotidiano" (M. Warnock).
"En vez de buscar una teoría definitiva que, llámese 'concepción absoluta del mundo' o no, que lo explique todo, deberíamos considerar la filosofía como una reflexión sobre el modo en que los seres humanos pueden solucionar las diversas clases de 'situaciones problemáticas' a que se enfrentan, ya sea en la ciencia, la ética, la política, la educación o cualquier otra materia" (H. Putnam).
"En filosofía el ganador de la carrera es aquél que sabe correr más lentamente; o aquel que llega allí el último" (Wittgenstein).
Popper gustaba de enfatizar la responsabilidad del intelectual, la de quien tiene el privilegio y la oportunidad de estudiar, de "presentar a sus congéneres (o a 'la sociedad') los resultados de su estudio lo más simple, clara y modestamente que pueda. Lo peor que pueden hacer los intelectuales su pecado capital es intentar establecerse como grandes profetas respecto de sus congéneres e impresionarles con filosofías desconcertantes. Quien no sepa hablar de forma sencilla y con claridad no debería decir nada y seguir trabajando hasta que fuera capaz de hacerlo" (en En busca de un mundo mejor).
"La filosofía no es un ejercicio mental objetivo, exterior y abstracto, ajeno por completo al que lo realiza, indiferente a la pasión existencial que está en su mismo origen. La radicalidad de la filosofía consiste en su radicación existencial. La filosofía es cualquier cosa menos una distracción inocente. Otras disciplinas del pensamiento pueden hacerse a espaldas de la vida o influir escasamente en ella, rozándola apenas en una posterior aplicación. Un científico puede conducirse conforme a unas normas mientras ejerce su profesión y por otras cuando vive. Ese dualismo es perfectamente soportable. En filosofía, no. Un filósofo no es sólo un pensador, sino también y fundamentalmente un hombre real. Su modo de pensar es inseparable de su modo de ser. (...) El producto del filósofo es su vida (antes que sus obras)" (D. Innerarity).
"De entre las muchas definiciones que pueden darse de este viejo oficio, la que más que gusta es: filosofía como vulnerabilidad. Porque la filosofía es más un modo de atender que de entender, según una feliz expresión de Rupert de Ventós. Rasgos típicos de esta vulnerabilidad habitual serían, entre otros, los siguientes: ser consciente de que es más interesante lo que nos sorprende que lo que nos da la razón; hacer menos ruido y cultivar el silencio atento; demorar las respuestas y evitar sobre todo la precipitación; tener flexibilidad mental y practicar esa gimnasia del espíritu consistente en escuchar; desconfiar de la seguridad ostentosa; no sentirse incómodo ante preguntas que uno no sabe responder pero que tampoco puede rechazar; aprender a sacar fruto del propio desconcierto; huir del enquistamiento en sus variadas formas: intelectual, moral o política; estar a gusto en la inquietud, a la que Schopenhauer consideró como la que mantiene en movimiento el perpetuo reloj de la filosofía; dejarse invadir por una incorregible curiosidad; crecer en capacidad de admiración proporcionalmente a la extrañeza de lo admirado; saber que la antítesis más rotunda del filósofo es el vendedor. En suma: permanecer siempre vulnerable ante la realidad" (D. Innerarity).
"La erudición se limita a conjugar la abundante lectura con la precisa comprensión de la obra. La cultura puede no implicar una lectura extensa; lo que fatalmente implica es lo que, en general, suele ser el resultado de una lectura extensa la actitud de espíritu que viene señalada por una absorción profunda de todo lo que lee, ve, o, de cualquier otro modo, experimenta. / En esto consiste, pues, fundamentalmente, la diferencia entre la erudición y la cultura: que mientras que la erudición es una cuestión de cantidad, la cultura lo es de calidad; que, mientras la erudición es una cuestión de superficie, la cultura lo es de profundidad; que, mientras que la erudición alcanza sólo, en sus efectos psíquicos, a la inteligencia, la cultura alcanza a todas las facultades del espíritu, incidendo sobre la sensibilidad y al mismo tiempo sobre las facultades simplemente intelectuales. / En el fondo, la distinción real consiste en que el erudito no es imaginativo, y el hombre culto, por el contrario, sí. (F. Pessoa)
"El concepto mismo de verdad total es un ideal artificial cuyo reino se limita a la oratoria de los tribunales o a los seminarios de lógica. Cuando hablamos, comunicamos marcos afectivos particulares, seleccionamos y omitimos, hablamos de lo que podría ser. Hablar es refutar lo inexorablemente empírico del mundo. Apenas una pequeña porción del discurso humano puede reclamar la veracidad escueta o el puro contenido informativo. Un porcentaje enorme de la lengua es enclaustramiento y oscuridad deliberada, y está gobernado por una voluntad inercial tan antigua que nuestra conciencia ha dejado de tenerlo presente. La facultad lingüística de disimular, dejar en la ambigüedad, conjeturar, inventar, no es exclusiva de camuflajes groseros o las intuiciones poéticas; la filosofía puede hacer uso de ella con la misma legitimidad. Sin insinuaciones o silencios sería muy difícil expresar ese mundo de enredos que es el que vivimos y por cuya simplificación siempre pagamos un precio demasiado elevado. La cultura comienza cuando se tiene algo que ocultar" (D. Innerarity).
"La filosofía no es el tránsito de la opinión al saber, sino de una opinión a otra mejor fundada, no es el paso de la oscuridad a la epifanía, sino la orientación en medio de la penumbra, el robo de un poco de claridad, la adquisición de mejores argumentos, la descripción más precisa de problemas que habían sido torpemente formulados: la mejora del estilo y el cultivo de la retórica" (D. Innerarity).
"[los que] se apresuran a conocer las cosas, descuidan el aliño y la policía de las palabras, toman un atajo barrancoso y sufren grandes quebrantos. Dado que las cosas no se conocen sino por los signos de las voces, el que desconoce la eficacia del lenguaje a cada paso anda a ciegas en el conocimiento de las cosas y es lógico que sufra alucinaciones y delirios. Te advierto que verás menos que los que cavilan sobre palabrillas, con aquellos otros que, con jactancia, pregonan que no les interesan las palabras, sino que van directamente a las cosas" (Erasmo de Rotterdam)
"El vicio profesional de los filósofos su déficit crónico de consenso se muestra como una virtud interdisciplinar ultramoderna: sobre todo su capacidad de sobrellevar valerosamente los desacuerdos de la conversación" (O. Marquard)"
"La filosofía consiste en reírse de la filosofía" (Pascal).
"La filosofía provoca la risa cuando se olvida de su finitud e intenta aparecer como una inmobiliaria del ser, una distribuidora de sentidos o una empresa funeraria. La comicidad es entonces el resultado de una solemnidad que se revela como una pequeñez, la gran expectativa de una 'parida'; cuando pone en marcha la gran expedición trascendental en busca del ser olvidado y regresa con fragmentos de lo sabido, cuando declara la muerte de Dios y no consigue acabar de creérselo, cuando hace la guerra a la modernidad y vive de subvenciones" (D. Innerarity).
"Hay una pertenencia más radical de la risa a la actividad filosófica. La filosofía como risa, el filósofo que ríe. Se ríe quien no es capaz de componérselas con algo, quien no se aclara y experimenta su torpeza. Si la risa que entonces provoca en otros se hace propia, el filósofo ha conseguido la mayor lucidez de que es capaz. La filosofía se convierte así en la inalcanzabilidad institucionalizada. Reír y llorar son las dos últimas posibilidades que se nos presentan antes de quedar estúpidamente mudos. Son formas de aceptar lo que no había sido reconocido hasta entonces: la negatividad en sus diversas formas, como humor y melancolía, como tolerancia y compasión, formas de lo demasiado humano que habíamos intentado reprimir" (D. Innerarity).
"The biggest improvement always comes when you realize that you don't know what you are doing." (M. Young)
"Un escritor no es tanto alguien con algo que decir, cuanto alguien que ha encontrado un procedimiento que generará nuevas cosas en las que no habría pensado de no haber comenzado a decirlas" (W. Stafford)
"Sé regular y ordenado en tu vida, como un burgués, para poder ser violento y original en tu obra" (G. Flaubert)
"Working in philosophy --like working in architecture in many respects-- is really more a working on oneself. On one's interpretation. On one's way or seeing things. (And waht one expects of them.)" (Wittgenstein)
"The business of philosophy is intrinsically moral in its broadest human sense." (J. Dewey)
Philosophy: "You make a few distinctions. You clarify a few concepts. It's a living." (S. Morgenbesser)
"You can never be sure that the opinion we are endeavouring to stifle is a false opinion; and if we were sure, stifling it would be an evil still." (J. S. Mill)
"When the parent or teacher has provided the conditions which stimulate thinking and has taken a sympathetic attitude toward the activities of the learner by entering into a common or conjoint experience, all has been done which a second party can do to instigate learning. The rest lies with the one directly concerned. If he cannot devise his own solution (not of course in isolation, but in correspondence with the teacher and other pupils) and find his own way out he will not learn, not even if he can recite some correct answer with one hundred percent accuracy...This does not mean that the teacher is to stand off and look on; the alternative to furnishing ready-made subject matter and listening to the accuracy with which it is reproduced is not quiescence, but participation, sharing, in an activity. In such shared activity, the teacher is a learner, and the learner is, without knowing it, a teacher--and upon the whole, the less consciousness there is, on either side, of either giving or receiving instruction, the better." (J. Dewey; gracias a C. A. Cunningham)
"La vocación del cristiano es ser ciudadano de la Ciudad de Dios, sin olvidar que vive también en la ciudad terrena con todas sus reglas y leyes. El cristiano mora ahí sin hacerse ilusiones, y por tanto sin ser engañado ni autoengañarse. Reconoce las limitaciones de toda institución, del tipo que sea. Utiliza sus métodos, pero los abraza de manera diferente y nunca los idolatra. [...] Para el investigador cristiano el principal pecado es adormilarse" (Álvaro de Silva)
"Queremos empeñarnos [...] en la tarea diaria de construir una ciencia madura y orgánica rigurosamente establecida; equilibrada y contrastada en el esfuerzo de síntesis, limpia de actitudes reduccionistas, apartada de las deformaciones ideológicas y libre de los prejuicios impuestos por las modas intelectuales" (J. Echevarría)
"...en modo alguno parto de la ingenua esperanza de que un dia alcanzaré, en esta clase de lucha, una victoria rotunda. (...) Ni yo, ni ninguna otra persona ganará de una vez para siempre esta batalla. Cuando mucho, podremos ganar de vez en cuando una escaramuza (...) A pesar de ello me parece que tiene sentido seguir luchando sin cesar (...) Hay que luchar por principio. Sencillamente porque se debe hacer. Porque es correcto (...) Es una lucha que transcurre dentro de cada persona. Es incluso una lucha que hace al hombre, hombre y a la vida, vida" (V. Havel)
"When men have realized that time has upset many fighting faiths, they may come to believe even more than they believe the very foundations of their own conduct that the ultimate good desired is better reached by free trade in ideas -- that the best test of truth is the power of the thought to get itself accepted in the competition of the market, and that truth is the only ground upon which their wishes safely can be carried out. That at any rate is the theory of our Constitution. It is an experiment, as all life is an experiment." (Oliver Wendell Holmes; gracias a Julio Cole)
Cuando la investigación filosófica está bien hecha debe dejar claro que la última solución alcanzada aún no esclarece el misterio. (Hilary Putnam)