" EL 11 DE AMERICA "

Siempre prefirió la ubicación que el arrojo, simplificar una jugada aparentemente riesgosa a estar pendiente de los flashes fotográficos, proclives a buscar siempre los arqueros con capacidad de volar.

José Luis Félix Chilavert es un intuitivo, en muchos casos. Su visión de bosque y no del árbol más cercano, acaso desde sus tiempos mozos, le aportó claridad en cuanto a que tendría más prensa con su frontalidad y su profesionalismo a ultranza, que con despertar demasiados murmullos de admiración por arrojos valientes pero inútiles.

Tiene mucho de solidez y de paternal. Pocos se hubieran animado a decirle algo a señores del fútbol con galera y bastón como lo fueron Norberto Alonso o Claudio Marangoni. Y sin embargo, un joven paraguayo que llegaba sin cartel a la Argentina se animó a hablarles antes de un penal en contra. A semejantes consagrados. Y no es casual, siempre supo con claridad meridiana lo que buscaba. Y lo que trataba de hallar era la gloria y no el éxito. Que se entienda bien: nunca se interesó por las poses de las tapas de revistas de lo efímero, de lo pasajero. Toda la vida prefirió lo perenne, lo que deja huellas, lo que marca a fuego, o a sangre si es preciso. Hacer de su pasaje por la vida una marca registrada. Y lo suyo, desde hace muchos años, es decir " aquí estoy yo ", " aquí está Chilavert y yo los voy a salvar si es necesario, cueste lo que cueste". Y se hizo capaz de mover montañas. De trascender en el área contraria si es preciso. Con goles de tiro libre y de penal. Con arengas siempre en favor de su equipo.

Y a medida que los éxitos lo llevaron a la gloria fueron llegando, aparecieron cuestiones aún más profundas: las injusticias de los medios de comunicación, los dobles mensajes, el rol de los clubes grandes y no tan grandes, las peleas con los jugadores de renombre, y hasta la pobreza y la burocracia en su país natal: el Paraguay.

Chilavert está dispuesto a ir lejos, a no claudicar. Para eso dejará en los entrenamientos horas y horas de sudor, de cansancio, de tapadas, de saques desde el arco, de remates de tiro libre. Pra eso quedará mano a mano con el guardavallas contrario en el torneo que sea, a la hora que sea y ante el rival que sea. Y por supuesto que será gol, qué duda cabe! Y para eso correrá a algún compañero que pondrá un gesto feo de incomprensión y cruzará media cancha para patear un tiro libre y convertir un gol en el último minuto. Acaso alguien pensaba otro destino para esa pelota de Chilavert ?

Si hay que discutir, discutirá. Si hay que polemizar no queda otra alternativa, polemizará. Pero resignarse, jamás. Si hasta por momentos parece que con su cuerpo ocupara toda la valla.

No tengo dudas: Chilavert pertenece a una raza especial, a la de los " imprescindibles " como los bautizara Silvio Rodríguez, cuando se busca un limpio objetivo deportivo, el de las grandes conquistas. Por eso no es uno más, es de los mejores. Es eficiente saliendo a cortar, seguro en la línea del arco, potente y definidor en los penales a favor, psicológicamente determinante en los penales en contra, líder innato en el campo de juego, solidario a la hora de los bifes, y hasta preciso a la hora de los saques de arco.

Chilavert tiene documentos que indicarán que es paraguayo. Créanme que es sólo un detalle. Hace rato que es ciudadano del mundo. Y por mérito propio.