Orar con el Salmo 139 (138), 1-18          

 

(Versión al 18.4.2000;salmo139a10.htm)                               (Página principal)

(Siglas: JPC: CÁRCAMO, Juan Pablo, S.J. Lo que más se querrán afectar (E.E. 97). Mes de ejercicios espirituales de San IGnacio para la vida cotidiana: directorios y fichas.Santiago 1999).

 

1) Revive la experiencia de Jeremías, cuando dice: "...antes de formarte en el seno de tu madre ya te conocía, antes de que nacieras yo te consagré" (Jer 1,5).

2) El Señor nos escruta y conoce; familiares le son todas nuestras sendas. ¿A dónde podremos huir lejos de su presencia...? Aún nuestras noches y nuestras tinieblas nada tienen de oscuras para Él... Porque Él nos ha tejido en las entrañas de nuestra madre; nada se le ocultaba cuando éramos formados en lo secreto, en la hondura de la tierra. (cfr. JPC, 45).

3) Déjate sondear, reconocer por su tierno y fecundo amor gratuito... "Dios es amor", dice San Juan, y el amor es comunicación, diálogo, palabra cercana y entrañable que nos ha dicho en Jesús.

4) Orar es ponerse a la escucha, como María de Betania sentada sosegadamente a los pies de Jesús, con el gozo de saberse poseedora de una bienaventuranza: "Dichosos los que escuchan la palabra de Dios".

* Lee detenidamente y medita el salmo. Detente allí donde encuentres más gusto, asombro, interpelación. repite sencillamente esa frase, gustándola y sintiéndola en tu interior.

* Detente a mirar tu vida: a partir de las frases del salmo, ¿qué episodios de tu vida se recrean en tu memoria?

* Mira y contempla la presencia del amor de Dios en tu vida, cómo la sostiene y fundamenta; deja resonar en ti los sentimientos que se generan.

*  Agradece al Señor tantas maravillas que ha obrado en ti.

5) Diálogo: con un corazón agradecido como el de María, expresa las maravillas que el Señor ha obrado en ti. Puedes escribir tu propia acción de gracias o Magníficat: "El Señor ha hecho en mi maravillas..." (Lc 1,46-56).

 

 

 

 

 

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