La muerte de Jesús                Página principal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

[Subir]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(Versión al 11.4.2000; muerteJe.htm)

LA MUERTE DE JESÚS

En la Semana Santa la Iglesia celebra cada año el centro y el núcleo de la fe: la muerte y la Resurrección del Señor.

1) La narración de la Pasión y muerte en los cuatro Evangelios pertenece al estrato más antiguo del Nuevo Testamento.

Los Evangelios no hablan de la muerte de Jesús como un hecho casual o fortuito. Podemos decir que cada Evangelio es como una gran introducción a la muerte del Señor. Toda la narracción de los Evangelios va orientada hacia la muerte de Jesús. Toda la vida de Jesús se encamina a la Pasión, muerte y Resurrección. Todos los Evangelios anuncian durante la vida del Señor su doloroso fin (Mc 8,31; 9,30; 10,33). Hay muchas alusiones que apuntan a este doloroso misterio (Mc 2,20; 10,38; 12,1-10; Lc 2,34-35; 2,48; 9,58; 10,16; 11,15). San Pablo predica a Cristo Crucificado (1 Cor 1,23; 2,2; Gál 3,1; 6,14). San Juan nos muestra el camino de Jesús hacia su muerte (3,14-21; 12,24; 12,34). Jesús asume "voluntariamente" la muerte y en esto refleja su amor radical por nosotros (15,10) (1).

2) La doctrina de Jesús no es separable de su persona. Un profeta o un personaje importante puede morir y su doctrina puede permanecer. Pero en Jesús su doctrina está entroncada e injertada a su persona, de tal manera que ambas se condicionan (Lc 24,32). El reino de Dios se ofrece a través de su persona. Por lo que para entrar en el Reino es importante el seguimiento de Jesús (2).

3) La existencia humana de Jesús, verdaderamente hombre, se completa en la muerte. Hasta que el hombre no muere, no se sabe 100% lo que es; no tiene forma definitiva en su ser: siempre es posible un cambio. La muerte es la última y definitiva palabra de la vida de una persona humana. En Jesús, su muerte es un acto de amor, de entrega, que corona toda su vida anterior (Jn 19,30) (3).

Jesús mismo va asumiendo y comprendiendo cada vez más profundamente la interrelación que existe entre su vida y su muerte; entre la predicación del Reino y su entrega amorosa por todos los hombres. Por ello, cuando va a entregarse a la muerte, reune a los discípulos en la Última Cena, para darle un sentido salvífico a su muerte (4). Un Viernes Santo sin el Jueves Santo sería una muerte sin sentido. Un Jueves Santo sin el Viernes Sto. sería una promesa de entrega que no se consuma.

Toda la vida de Jesús recibe en su muerte una claridad y luminosidad inmensa: Jesús se encarnó para poder morir (Flp 2,7). En la encarnación se revela un gran abajamiento, un gran anonadamiento. Toda su vida tembién fue una entrega en el servicio a los demás. Su muerte no es consecuencia de un conflicto histórico, sino que se entrega libremente para darnos vida con su muerte (5).

Jesús no propone una "doctrina" que sustituya el AT (ley y profetas); sino que se va proponiendo a sí mismo como ejemplo a seguir. En Jesús se plenifica todo el AT que va como encaminado hacia Él. Y toda la vida de la Iglesia nace de Él y de la Trinidad. La Iglesia debe ser reflejo de la Trnidad.

4) ¿Por qué fue crucificado Jesús? Se equivocan los que ven como motivo fundamental de su muerte, lapráctica de una cierta doctrina social, política o "religiosa". El motivo es uno: "porque siendo hombre, te haces Hijo de Dios" (Jn 19,7).

Por un lado la muerte de Jesús es causada por los hombres y por otro lado Jesús la ve como un cumplimiento plena de la voluntad del Padre. Esta paradoja cristiana no es fácil de comprender y es difícil de explicar. Debemos siempre mantener unidos los dos aspectos: los hombres somos responsables de la muerte de Jesús y Él se entrega voluntariamente por amor a los hombres y en obediencia al Padre (6).

Jesús no retrocede en su misión, no la evade, no huye, no emplea la fuerza ni los engaños para escapar de la muerte. Jesús se sabe y se reconoce como el Hijo de Dios, el enviado del Padre y asume su destino hasta la muerte. En su vida se entrecruzan dos realidades diferentes: la maldad del hombre y el amor de Dios (7).

 

5) La Última Cena y los últimos acontecimientos:

5a) Todos los Evangelios y también San Pablo narran la Institución de la Eucaristía. Sabiendo Jesús que va a llegar su hora, realiza una acción real-simbólica en la que pone de manifiesto el sentido de su muerte. San Juan lo expresa con el lavado de los pies a los discípulos.

En la Última Cena Jesús le da sentido a su muerte en la cruz por los hombres. Con la Última Cena comienza una nueva época: la época en la que Jesús va a estar presente entre nosotros en el pan y en el vino consagrados (8).

 

5b) La Oración del Huerto: "Jesús está solo ante la voluntad del Padre Sus discípulos empiezan a alejarse de él. No comprenden; se duermen. Ahora se da cuenta, nuestro Señor, de lo que cuesta "cargar con los pecados de los hombres" sumergido en este abandono de Dios que significa "hacerse pecado"…La pasión del Huerto es debida a la compasión de Jesús con los hombres pecadores. Pero sobre todo es debida a la compasión de Jesús con la voluntad de Dios: "Hágase tu voluntad"." (9).

5c) El Prendimiento: Aparece el traidor, que con un beso entrega al Hijo de Dios. Judas es el traidor. Además está la huida de sus discípulos. Pero la entrega de Jesús es un acto voluntario. Se entrega a sí mismo. Él podría escapar, podría pedir al Padre doce legiones de ángeles, podría derribar a los enemigos con el poder de su voz; pero se entrega. Porque es la voluntad del Padre. El Padre entrega al Hijo en manos de los pecadores (10).

 

5d) Proceso y Condena: Jesús es juzgado y condenado por el Sandrín (consejo de ancianos en Israel) por blasfemo (Mc 14,64) ya que se declara Hijo de Dios. A Jesús se le juzga y condena en el Tribunal romano por un motivo "político" (Jn 19,12), sin pruebas (Jn 18,36). Los textos ponen de manifiesto lo injusto de ambas condenas (11).

5e) Castigos y muerte: La narración de los castigos aplicados a Jesús ha sido en la Iglesia una fuente de contemplación. Los padecimientos del Señor, su rostro coronado de espinas, amorotado, lleno de salivazos, son una fuente de contemplación a Jesús que sufre por nosotros. En sus hombros cubiertos con su manto de púrpura y en sus manos atadas aparece como el verdadero hombre (Jn 19,5). Es la imagen del hombre que asume el peso del pecado del mundo. Es la mejor imagen del Hombre-Dios para manifestar lo que le ha costado su creación (12).

La muerte de Jesús ha de entenderse junto con los gestos y palabras de la Última Cena. Las palabras de Jesucristo en la cruz, que la Iglesia ha tenido siempre presentes durante la semana Santa (las siete palabras), son un resumen de la teología de la vida y muerte del Señor.

"La cruz termina con la lanza del costado. Para Juan es el principio, el nacimiento de la Iglesia y de los sacramentos" (13).

 

5f) El silencio del sepulcro: La situación de Jesús muerto está unida a aquella verdad de fe que proclamamos en el Credo: "descendió a los infiernos". Esta frase se introdujo en el Símbolo (Credo) de los Apóstoles en el Siglo IV para reflejar ciertos contenidos bíblicos que hablan de la muerte de Jesús.

El infierno del que habla el Credo no es el infierno que aparece en el NT (el infierno de los condenados), sino el del AT. El "sheol" es la situación en que se encuentra el muerto: situación de oscuridad, silencio, soledad, inactividad, espera, impotencia. Jesús comparte también esta impotencia humana en su muerte. Pero en su muerte venció el pecado y nos abre un camino hacia el Padre. Con su muerte se iluminó la oscuridad de la muerte.

 

6) La muerte salvífica de Jesucristo:

6a) Jesús sabe que su muerte es salvadora para todos los hombres. En su vida, fue viendo cómo se cernía sobre Él una muerte violenta; estaba dispuesto a aceptarla y no la rehuye. La muerte de Jesús no viene de sorpresa. Su muerte se va perfilando en el NT (14).

6b) "La causa de su muerte fue religiosa. Jesús reformó y rechazó las tradiciones religiosas: curó en sábado, legisló contra o sobre la ley de Moisés, compartió su vida con pecadores, despreciados. Pero sobre todo, mostraba...una autoridad personal para hacer esto. Su poder emana de su persona. Con motivo de la condena, se le lleva a Pilato y se le acusa de agitador político, de rebelde. Esto es un sarcasmo histórico: todos están convencidos de su impotencia política. Pero todos estrevén que sus exigencias "religiosas" tienen consecuencias para toda situación humana: política, economía, poderío, justicia…" (15).

"Durante su vida la muerte le ronda. Podía venir del pueblo judío (Lc 4,29), o de parte de Herdodes Antipas (Mc 6,27; Lc 13,31), o de parte de los jefes de Jerusalén (Lc 13,33-34). Es evidente que Jesús no podía ignorar esta realidad" (16)

"Jesús acepta la muerte como una consecuencia de su misión. Vio en la muerte el camino por el que debía caminar: por eso va a Jerusalén. Para él la muerte no significa un fracaso de su misión. El Reino de Dios llegaría después de su muerte (Lc 22,18). Jesús esta dispuesto durante toda su vida a dar todo (Mc 8,35; Lc 9,23) y pide de sus discípulos la misma actitud (Mc 8,35; Lc 17,3). Jesús enseña a tener, y tiene él mismo, una confianza sin límites en el Padre (Lc 22,35); y sabe que el Reino vendrá aunque él muera (Mc 14,25). Los primeros cristianos aceptan el martirio y la muerte por fidelidad a la doctrina cristiana. Esto es sólo posible porque Cristo aceptó morir y porque señaló el camino para ser testigos" (17).

"Ante los ataques de sus enemigos, Jesús no se comporta pasivamente. Sigue anunciando con mayor radicalidad, si cabe, la voluntad del Padre. Esto lo lleva a conflictos cada vez más fuertes con los poderes religiosos (Mc 11,10; 11,15ss; 14,58). Ante todo es evidente que Jesús no ha huido, ni ha luchado para que no se cumpliera el deseo de los judíos cuando todas las fuerzas están acechándole, Jesús celebra una cena en la que anuncia que va a ser muerto por todos los hombres" (18).

 

6c) "Jesús podía entrever y entendió su muerte como muerte salvífica por todos los hombres.

Jesús comprendió que su muerte tenía que ver con su misión, y que de su misión y muerte dependía la salvación de todos los hombres…el Reino de Dios podría venir si él moría. Sabía y se daba cuenta de que sus enemigos buscaban matarlo y, sin embargo, sigue esperando el Reino. Después de la muerte, beberá el jugo de la vid en el reino de su Padre (Mc 14,25).

Tenía motivos para comprender que su muerte esra salvífica…Jesús ha entendido su vida como servidor (Lc 22,27; Mc 12,45; Lc 12,37). Su vida sólo tiene este sentido: ser para los otros. Esto es lo que enseña a sus discípulos y seguidores (Mc 9,35; Lc 10,29-37). Esta postura de servicio, ¿no la prolongaría hasta las últimas consecuencias? Si Jesús pide, lo que no esra corriente ni fácil de hacer, amar a los enemigos (Lc 6,29), con acentos característicos de su doctrina sobre el amor, ¿no podría entender su muerte como entregada por los enemigos? Si en su vida terrena se ha desvivido por los pecadores y publicanos, les ha buscado, ha comido con ellos, se ha sentido su médico y se ha comprendido a sí mismo como enviado a salvar a los pecadores por la llamada a la conversión (Lc 5,31-32), ¿no podría entender su muerte como la consecuencia de su misión y haberla aceptado cuando llegara?…

…Jesús se entrega a la muerte amando, pidiendo, intercediendo, bendiciendo y realizando un acto supremo de donación por todos los hombres" (19).

 

6d) "Jesús comunicó el significado salvífico de su muerte a sus discípulos en la Última Cena, con gestos y con palabras.

En la Última Cena Jesús ofrece a sus discípulos el pan y el cáliz como símbolo real de su entrega. Su misión había sido y era la de predicar la llegada del reino de Dios a los hombres. Esta llegada estaba muy íntimamente ligada a su persona y a su muerte" (20).

 

6e) "La Iglesia del NT:

       6e,1) Ve en la muerte de Jesús como la del profeta…que muere en manos del pecador. Por lo mismo esa muerte se convierte en juicio, para unos, y reconocimiento del pecado y de la gracia, para otros…(Lc 13,34; 11,49-51; 12,8-10).

        6e,2) Interpreta la muerte de Jesús a la luz de las profesías sobre el Siervo Sufriente (Is 53,1-12). La muerte de Jesús sustituye lo que debía dar a su pueblo (1 Cor 15,35; Mc 14,24). Ya que Jesús entendió su vida como servicio a los pecadores y extraviados, su muerte significa esto precisamente (Lc 22,27).

        6e,3) Interpreta la muerte como el pago de una deuda en sustitución de otros: como redención (Mt 20,28), compra (2 Pe 2,1; 1 Cor 6,20=, adquisición (He 20,28), liberación de la esclavitud (Rom 6,6), satisfacción (1 Cor 15,3), oblación sacrificial, Eucaristía (Gal 2,20; 1 Cor 5,7 , etc.)" (21).

 

7) El fruto de la muerte de Jesucristo:

"La muerte de Jesús lleva escondida en su seno la Resurrección. También para los hombres. La muerte de Jesús causa la redención de los hombres. ¿Qué significa el paso, para los hombres, de una situación de esclavitud, de alejamiento, de perdición, a otra situación en la que el hombre encuentra plenificadas todas sus dimensiones humanas. El NT parte del hecho de que el hombre en el mundo está "alienado", extrañado; no es él mismo: está desconociendo a Dios, enemistado con los otros hombres, abocado a la muerte, bajo la esclavitud de la ley y del pecado. Este hombre no puede salir por sí mismo de esta situación en que se encuentra, recibe en Jesucristo y por Jesucristo la posibilidad de otra nueva vida. Desde otra perspectiva se puede hablar de liberación…

7a) Jesucristo con su muerte nos ha liberado de una falsa concepción de Dios. Dios ya no es el Dios triunfante a modo de los poderosos de este mundo. Tampoco está irrestricatmente al lado de los que lo pasan bien, de los tranquilos. El Dios cristiano es un Dios comprometido con su creación, por eso exige Justicia, exige posturas sin ambigüedades. Es un Dios que vence, sirviendo. Descubre lo que hay en el hombre, ocultándose; descubre la injusticia de los hombres aldejarse juzgar injustamente, para que los hombres vivan en la justicia. Dios aparece en la muerte y resurrección de Jesús y no podemos buscar otro Dios que éste. Ver Gál 4,8-14" (22).

7b) Jesús nos ha liberado del temor de la muerte. La muerte para el cristiano ya no es más caer en la noche, en la oscuridad del no ser. Es caer en las manos de Dios, que ha acogido en primer lugar a su Hijo. Dios es fiel; su amor nos ha creado y no dejará que nos diluyamos en la nada. Ver 1 Cor 15, 55-56 y Rom 5 y 6 (23).

7c) Jesús nos ha liberado de la esclavitud de la ley y de las tradiciones.

La muerte de Jesucristo nos ha mostrado la impotencia de la ley y su superación en el amor. La postura de Jesús ante la ley durante toda su vida es un tesoro para el cristiano. El amor hace al hombre libre para no estar más atado a los poderes del mundo. Jesús y los cristianos sobrepasan la ley porque descubren su clave: el amor a Dios a los hombres (Ver Gál 3 y Col 2,16-23) (24).

7d) Jesús nos ha liberado del pecado. El pecado del hombre queda al descubierto en la muerte del Justo. Es el primer paso para que desaparezca: conocerlo. Pero Jesús nos ha dado la gracia y la fuerza para superar nuestros egoísmos, vanidades, divisiones (Leer Rom 5,12-19).

 

7e) Viendo en positivo lo que Jesús nos ayuda a superar podemos decir que Jesucristo nos ha liberado:

Para dar a conocer al verdadero Dios

Para hacer un mundo de hermanos

Para tener vida en abundancia

Para servir en amor

Para distribuir la gracia en este mundo

Para servir de reconciliadores.

 

Porque hemos sido liberados de los falsos ídolos, de los poderes de este mundo, de la angustia, por todo ellos, podemos reconocer que existe un modo de vivir reconciliados con Dios, con los hombres y con la creación. Leer Col 1,15-23 y 2 Cor 5,17-21 (25).

 


Notas: 1;2;3;4;5;6;7;8;9;10;11;12; 13;14;15;16;17;18;19;20;21;22;23;24;25; ARIAS Maximino, Jesús el Cristo.Santiago (7) 1997, cfr. 193-194; cfr. 195; cfr.195; cfr. 195;cfr. 196; cfr.199; cfr.199; cfr.200; 200-201; cfr. 201; cfr. 201; cfr. 202-203; 203; cfr. 205; 206; 206; 206; 206;207; 208; 209; 213-2114; cfr. 214; cfr. 214-215; cfr. 215.

 

[Indice] [Subir]