LOS JUECES Página Principal |
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(Versión al 22.04.2001; 22:00 hrs; jueces.htm). X) LOS JUECES (1200-1030 aC)Textos bíblicos: Josué 24; Jueces 2-21 a) Extractos de algunos manuales de Historia de Israel (1): Se llama "período de los jueces" al que va desde el asentamiento en Canaán hasta la instauración de la monarquía. Según 2 Re 23,22 el "tiempo de los jueces" precedió al "tiempo de los reyes". Dios instituyó "jueces" sobre su pueblo Israel (2 Sam 7,11). Según Jue 2,16-18 estos "jueces" eran individuos elegidos por Dios para salvar a su pueblo.La época de los jueces constituyó para Israel una etapa de adaptación, ajuste y consolidación. El mismo establecimiento representó el paso de un modo de vida seminómade a otro agrícola. Cuando llegaron eran seminómades, ya acostumbrados a labrar la tierra, aunque en escala limitada. Las tribus israelíticas no estuvieron unitariamente gobernadas y organizadas bajo una dirección común. Sus relaciones recíprocas eran inconsistentes. Ellas necesitaban organizar sus fuerzas para defenderse de los adversarios. Las destacadas personalidades llevan el nombre de schofetim derivado de la raíz hebraica schft (schofet) y que ordinariamente se traduce por "jueces". El ámbito semántico de schft es más amplio que lo jurisdiccional, y significa nada menos que el ejercicio de plenos poderes otorgados de dirección y gobierno, no excluyendo las funciones de arbitraje, también administraban la justicia dentro de su demarcación. En casos de especiales amenazas se formaban coaliciones tribales. En hebreo el sentido de sofet era juzgar: resolver un caso, dar sentencia, hacer justicia en sentido positivo (socorrer) o negativo (condenar). Pero también el sentido de sofet era de gobernar. Aunque no se puede hablar de que existiera un "sistema tribal" como una unidad de acción perfectamente organizada. Las funciones del juez son las de juzgar y de gobernar (administración civil). Representan una etapa de transición entre el gobierno tribal y la autoridad urbana. Las tribus llevaban una vida independiente. "No había rey en Israel, cada cual hacía lo que quería" (Jue 17,6; 18,1; 19,1; 21,25). En casos de peligro común se formaban agrupaciones que tomaban un "juez". Cuando pasaba el peligro cada cual recuperaba su autonomía. El juez es un funcionario importante para la anfictionía. Su cargo era vitalicio y se sucedían unos a otros sin que nos sea conocido el procedimiento seguido para la elección. Parece que entre jueces menores y mayores habría menos diferencia de la que se suele admitir. Los ancianos de las tribus les encargan la administración civil y judicial de una ciudad y del territorio de ella.. Algunos de estos jefes llegaron a tener por sus éxitos militares una estimación más allá de los límites de la ciudad. 1Extractos del libro de Castel, de Bright, y de Herrmann citados en la bibliografía. No sabemos cuándo comienza la institución de los jueces. ¿Habrá que remontarse a Moisés? Sabemos mejor cuando acaba, ya que el último juez será Samuel. Atendiendo a las solicitudes del pueblo, fué él quien estableció la realeza en Israel. Ninguno condujo a todo Israel a la batalla. Todos sin embargo tienen algo en común: fueron hombres que, destacando en tiempo de peligro, unieron a los clanes contra el enemigo en virtud de sus carismas dados por Yahvé. La lista de los "jueces menores" aparece dividida en dos partes Jue 10,1-5 y 12,8-15 por la inserción de la historia de Jefté. Hay que distinguir entre los jueces menores (Jue 10;1-5; 12,7-15) y los jueces principales, que llevan a cabo guerras de liberación en nombre de la inspiración que han recibido de Dios. Pero algunos jueces, como Jefté y Samuel, acumulan los dos aspectos. Samuel por ejemplo instaura la monarquía. a,1) Los Jueces menores, tenían la función de interpretar la ley de Dios para su pueblo, pronunciar sus juicios en conformidad con esta ley. Tienen una función de gobierno en su territorio y quizás en el territorio de varias tribus: pero ésto sólo es una hipótesis. Recibieron una llamada de Yahvé. Son "guías o jefes carismáticos".
a,2) Jueces mayores: son héroes libertadores, enviádos por Dios. a,2,1) Ehud (Jue 3,12-30) es de Benjamín (ver Hartm p 19) liquida una invasión de los moabitas matando a su rey Eglom (Jue 3). Es considerado más libertador que juez. a,2,2) La "juez" Débora, que realmente administró justicia (Jue 4 -5), intervino decisivamente en la movilización de las fuerzas armadas israelíticas, que en la zona de Meggido (entre mar de Galilea y Monte Carmelo) guerrearon contra los cananeos. Israel nunca antes pudo dominar la llanura de Yizreel, que era como un valle que la dividía en dos mitades. Se nos presenta como uno de los grandes libertadores de Israel. Dos textos: Jue 4 en prosa y Jue 5 en poesía. Débora, inspirada por Dios, convoca para la batalla a dos tribus (Neftalí y Zabulón: Jue 4) o a una confederación de tribus (Neftalí, Zabulón, Maquir, Efraín Benjamín e Isacar: Jue 5). Por primera vez, en el cántico, se nota una liga entre las tribus, pero con el sabor de amargos reproches contra algunas de ellas: Gad, Rubén y Galaad se han quedado en sus pastos del otro lado del Jordán; Dan y Aser se han quedado en sus barcos o en sus puertos. No se nos dice nada de las tribus del sur, perece que en este caso se unieron más las del norte. a,2,3) De Gedeón, por ejemplo, se narra una auténtica escena de vocación, de llamamiento, que escoge a ese personaje para luchar contra los madianitas (Jue 6,11.24). Se dice en Jue 6,1-8 que los madianitas invaden cada año el país, con sus tiendas, camellos y rebaños, que llevan a pastar a los campos en que han crecido los pastos. Dejan todo arrasado como una plaga de langostas. Los madianitas eran nómades. Los textos del AT los hacen aparecer en los lugares más alejados entre sí. Una de sus caravanas recoge a José en Dotán y lo lleva a Egipto (Gn 37,28.36). Moisés se refugia entre los madianitas y toma por esposa a una de sus mujeres (Ex 2,15-22). Gedeón (Jue 6-8) pertenece a la tribu de Manasés. Gedeón es un fiel adorador de Yahvé; lo mismo que los patriarcas tiene sueños y recibe a los ángeles. Igual que Moisés, es llamado por Dios, pero no quiere partir sin haber recibido algún signo. En su época fue el único capaz de oponerse a los madianitas. Los vence con poca gente. No combate con todos, sino sólo con 300, ya que la victoria debe ser de Dios. Gedeón de Manasés, al igual que Débora, reunirá a cuatro tribus para salir al combate: Manases, Aser, Zabulón y Neftalí. Estas dos últimas fueron también las que apoyaron a Débora. Los que siguieron a Gedeón le piden que domine sobre ellos, es decir, que se convierta en rey suyo y funde incluso una dinastía. Gedeón, según Jueces, se niega dándoles la respuesta profética: "Sólo Dios reina en Israel". Distinto es el caso de Abimelec (Jue 9), hijo de Gedeón, que asciende como usurpador y fracasa. Quiere autoproclamrse rey con ayuda cananea, pero frcasa (Re 6-8).
a,2,4) Jefté (Jue 10,6-12,7) triunfó sobre los amonitas en la transjordani, pero también se le presenta como un personaje que "juzgó" a Israel (Jue 12,7). Los amonitas tratan de expansionarse hacia el oeste. Jefté los rechaza Es de Galaad, donde actuó como juez por 6 años. Llamado a ser jefe de Galaad por sus cualidades guerreras. (Es de Galaad (11,1) pero al parecer nunca existió una tribu de Galad a pesar de Jue 5,17). Es una región al sur del Yaboc, allí donde Israel tenía frontera común con los amonitas). Son administradores de justicia, y en tiempos de crisis se destacaron como elementos rectores capacitados. Se acreditaron como caudillos militares. a,2,5) Sansón (Jue 13-16). El forzudo héroe Sansón es llamado desde su nacimiento a realizar grandes cosas por su gente (Jue 13). Sansón es el héroe de Dan. Vence a los filisteos. a,2,6) Samuel de Efrain (1 Sam 1-25). Es juez en Ramá, es también profeta y constituye a Saúl y a David como reyes.
a,3) Otros Jueces sin funciones militares (jueces menores):
b) Roland de Vaux (op) nos explica el período de los Jueces (2): Se llama "período de los jueces" al que va desde el asentamiento en Canaan hasta la institución de la monarquía. Según 2 Re 23,22 el "tiempo de los jueces" precedió al "tiempo de los reyes". Dios instituyó "jueces" sobre su pueblo Israel (2 Sam 7,11). Según Jue 2,16-18 estos "jueces" eran individuos elegidos por Dios para salvar a su pueblo. Los jueces mayores eran jueces libertadores. (Samuel instaura la monarquía). El juez era un funcionario importante para la anfictionía. Su cargo era vitalicio y se sucedían unos a otros sin que nos sea conocido el procedimiento seguido para la elección. Parece que entre los jueces "menores" y "mayores" habría menos diferencia de la que se suele admitir. Sus funciones eran juzgar y gobernar (administración civil). Representan una etapa de transición entre el gobierno tribal y la autoridad urbana. Los ancianos de las tribus les encargan la administración civil y judicial de una ciudad y del territorio que de esta depende. Algunos de estos jefes llegaron a adquirir, por sus éxitos militares, una estimación más allá de los límites de la ciudad. La lista de "jueces menores" aparece dividida en dos partes: Jue 10,1-5 y Jue 12,8-15. Entre medio está intercalada la historia de Jefté. En hebreo sofet tiene el sentido de juzgar: resolver un caso; dar sentencia; hacer justicia (en el sentido de ayudar, socorrer o en el sentido de condenar). Pero esta palabra también aparece en el sentido de "gobernar". Los jueces tenían una importancia anfictiónica. 2 De VAUX, Roland, OP, Historia Antigua de Israel. Vol II: Asentamiento en Canaán y período de los jueces. Madrid, 1974, 259ss. Las tribus llevaban una vida independiente: No había rey en Israel; cada cual hacía lo que quería (Jue 17,6; 18,1; 19,1; 21,25). En casos de peligro común se formaban agrupaciones que tomaban un juez. Cuando pasaba el peligro cada tribu recuperaba su autonomía3. c) La lucha contra los extranjeros. Actividad de los jueces mayores: c,1) Ehud: (Jue 3,12-30) Los israelitas estuvieron sometidos a Eglón, rey de Moab, durante 18 años. Tuvo que llevar un tributo ante Eglón y lo asesinó. Luego convocó a pelear a la gente de la montaña de Efraim y venció a los moabitas. Es de Benjamín4. Liquida una invasión de los Moabitas matando a su rey Eglon (Jue 3). Es considerado más libertador que juez. c,2) Gedeón (Jue 6-8): Es considerado también un salvador ya que salvó a los Iselitas de los Madianitas. En Jue 6,1-6 se dice que los madianitas invaden cada año el país, con sus tiendas, camellos y rebaños, que llevan a pastar a los campos en que han crecido los pastos. Dejan todo arrasado como una plaga de langostas. Los madianitas eran nómadas. Los textos del AT los hacen aparecer en los lugares más alejados entre sí; una de sus caravanas recoge a José en Datán y lo lleva a Egipto (Gn 37,28.36). Moisés se refugia entre los madianitas y toma por esposa a una de sus mujeres (Ex 2,15-22) (más o menos cerca de la península del Sinaí). En la época de Gedeón al parecer no había ninguna autoridad capaz de oponerse a sus llegadas y a sus depredaciones. Vence y expulsa en el Norte a los Madianitas, lo hace con poca gente (Jue 6-8). No combate con todos, sino sólo con 300, ya que la victoria debe ser de Dios. Lo quieren como rey, se niega con una respuesta profética: "sólo Dios reina en Israel"5. Su hijo Abimelek quiere autoproclamarse rey con ayuda cananea. Fracasa. (Re 6-8). c,3) Jefté (Jue 10,6-12,7)6 Vence a los amonitas en la transjordania . Los amonitas tratan de expansionarse hacia el oeste. Jefté los rechaza. c,4) Sansón (Jue 13-16) Vence a los filisteos. Al final del período de los jueces, bajo Elí, Samuel y Saúl, los filisteos aparecen como un terrible peligro para Israel. Es curioso que el libro de los jueces apenas hable de ellos; sólo son mencionados en la historia de Sansón, al final del libro (13-16)7. c,5) Barak y Débora: vencen a la coalición de ciudades cananeas Jue 4-5. Otros Jueces sin funciones militares (Jueces menores)8:
3Notamos cierta similitud con la función del "Toqui" entre los Araucanos. 4 Este párrafo es de K. Hartmann, Atlas I, p 19. 5) Este párrafo y la frase que sigue sobre Abimelek no recuerdo de donde es.6 Es de Gallad (11,1), pero nunca existió una tribu de Galaad a pesar de Jue 5,17. Es una región al sur del Yaboc, allí donde Isarel tenía frontera con los amonitas. 7Y en un v. sobre el juez Samgar (3,31).8 Cita bibliográfica de este esquema ¿?d) El libro de los Jueces: "El libro de los Jueces cuenta la historia de Israel entre la conquista de la tierra y la monarquía." (Comentario al Antiguo Testamento I. La Casa de la Biblia, Madrid 1997, 333. En adelante citado como CAT1). "La historia bíblica es una historia teológica. El libro de los Jueces no es una excepción. Fue escrito, como los demás, desde el puento de vista de que toda la historia de Israel está guiada por Dios. Un marco teológico (Jue 2,6-20) da la clave de interpretación de todo el libro. Este marco se reproduce extensamente en la introducción a la historia de Jefté (Jue 10,6-16) y brevemente al comienzo y al fin de las hazañas de cada juez "mayor". Este es el esquema: Los israelitas ofendieron al Señor con su conducta y dieron culto a los ídoles. Se encendió la ira del Señor, que los entregó en manos de X durante X años. Los israelitas clamaron al Señor, y el Señor les suscitó a X. El enemigo fue humillado bajo la mano de los israelitas. Y el país estuvo en paz una serie de años.Pero murió X, y el proceso volvió a comenzar (CAT1, 334-335).
d,1) La época de los jueces y la lucha por la tierra: Las conquistas israelitas a fines del s. XIII a.C. bajo Josué no sacaron totalmente a los cananeos la tierra prometida. "Quedaron sin conquistar: la costa mediterranea, dominada al norte por los fenicios y al sur por los filisteos; la llanura de Yezrael, donde se imponían los carros de guerra cananeos: la zona de colinas que desciende de la montaña de Judá a la llanura filistea; y una hilera de ciudades a la altura de Jerusalén, incluída esta misma ciudad." (CAT1, 336). "Con esta situación, las comunicaciones entre las tribus se hacían difíciles, por culpa de dos barreres que separaban a Judá de las tribus del centro y a éstas de las de Galilea. La situación debió mejorar bastante con la victoria de Débora en la llanura de Yezrael, que permitiría a los israelitas establecerse en el llano" (CAT1, 336). "No todos los problemas con los cananeos se resolvieron por la fuerza de las armas. Se llegó a un entendimiento con Gabaón (Jos 9-10) y Siquén (Jue 9; Gen 34). Hubo casos en que los cananeos fueron forzados a trabajos forzados; pero también sucedió a la inversa (Gen 49,14-15)." (CAT1, 336).
d,2) La época de los jueces y la religión de Yahvé: "Mayor que el reto de la guerra fue el de la cultura y la religión. Israel se puso en contacto con una población que poseía el prestigio de una téctica superior. Pudo ocurrir lo que tantas veces: que el conquistador fuera conquistado culturalmente por el vencido. Además, la voz de aquellos cananeos era la del patrimonio semita común, que muchos israelitas, sobre todo de algunas tribus, llevaban dentro del alma, auqnue superficialmente hubieran asimilado el yahvismo. No onstante, el yahvismo no pereció...Pero ¿de qué medios se sirvió Dios para que no sucumbiera?" (CAT1, 337). "No tuvieron en esa época un lider como Moisés, aunque su recuerdo seguía vivo, y en su nombre se trasnmitían las primeras colecciones legislativas ligadas a Moisés, al Sinaí y a la alianza con el Señor" (CAT1, 337). Tenían a los "levitas": familias sacerdotales, emparentadas con Moisés, que se caracterizaban por un entusiasmo fuerte por el Señor y por una fuerte defensa de su culto exclusivo y sin imágenes (Ex 32,25-29; Dt 33,8-11; 1 Re 12,31) (cfr. CAT1, 337). "Tenían los santuarios. En ellos florecía, sin control posible, la religiosidad popular. En los más importantes se concentraba el pueblo durante las fiestas anuales. Allí los jueces resolvían los pleitos según el derecho sagrado; allí los bardos populares recitaban sus trovas y relataban sus historias; allí participaban todos en los banquetes sacrificiales de comunión, en que todos se sentían una gran familia, presidida por el Señor." (CAT1, 337). "Tuvieron a los "jueces mayores", salvadores carismáticos, que el espíritu de Dios suscitó en los momentos precisos: ellos despertaron los sentimientos religioso-patrióticos y la solidaridad adormecida." (CAT1,337). "Así, aunque todavía en las capas más populares se dejara notar demasiado el influjo cananeo, el yahvismo sobrevivió, a la espera de que los grandes profetas lo consolidaran y depuraran" (CAT1, 337).
d,3) El mensaje del libro: "Los libros históricos que nosotros llamamos "historia deuteronomista", en la Biblia hebrea se designan como "los profetas anteriores", pues los judíos pensaban que esos libros habían sido escritos por profetas. Sin embargo, el título admite un significado más profundo. Profeta es el que proclama la palabra de Dios a su pueblo, una palabra que lo acusa de su pecado y lo invita a la conversión. Profeta es el intérprete de Dios, que habla también a través de la historia. Por eso los que escribieron estos libros pueden ser conceptuados como profetas. Ellos entienden el pasado de Israel como la historia del contraste entre la lealtad de Dios con su pueblo y la infidelidad del pueblo con su Dios." (CAT1, 337). El libro es también una palabra de esperanza. Lo mismo que en el pasado, el Señor está dispuesto a responder con el perdón y la salvación al clamor sincero de su pueblo arrepentido. Es un llamado a la conversión y a la confianza en el perdón. (cfr. CAT1, 338). "Algunas de las anécdotas del libro hieren nuestra sensibilidad; nos sorprende la rudeza de la moral de Eud, una Yael, un Jefté, un Sansón. Eran hombres de su tiempo y como tales han de ser juzgados. No obstante, fueron jalones de una historia de salvación que estaba todavía casi en sus comienzos y muy lejos de la perfección de la moral evangélica. Debemos mirarlos con os ojos benévolos con que Ecl 46,11-12 los propone como modelos de fidelidad al Señor; y con que Heb 11,32 atribuye sus azañas a su fe". (CAT1, 338).
e)Mirada teológico - pastoral desde los Inicios hasta entrada en Canaán. " "Yahvé", "Alianza", "Siquem", Éxodo", son algunas de las palabras clave para vislumbrar la historia de Israel. Ciertamente es difícil enfrentar adecuadamente la historia de este pueblo cuando sentimos que el conocimiento de la historia de algo es mera audición. Pero aquí trataremos la historia con otra actitud: la certeza de que Dios también va haciendo historia con cada hombre en cualquier tiempo. Y la historia de Israel es como un paradigma subyacente a la experiencia personal de salvación. Con esta mirada, ahora comprometdia vitalmente, adentrémonos en los albores del pueblo escogido por Dios. Nuestra aventura se fija primeramente en los patriarcas, hombres de fe ciega (Abrahán) y luchadora (Jacob), que fueron los primeros pilares de la relación entre Yahvé y su pueblo. Avanzamos un poco y vemos a un Israel que se adentra en Territorio egispcio, en donde sufre la esclavitud. Surge una nueva figura importantísima: Moisés, que fue llamado para liberar al pueblo y conducirlo a una tierra que le sería propia. En medio de todo esto, hay un diálogo importante entre Moisés y el Dios de los Padres: es el diálogo en que ese Dios revela su nombre diciendo: "Yo soy el que soy". Contemplemos con mayor detención esta inmensa revelación para el pueblo de Israel. ¿Qué podemos pensar? .... Lo relevante aquí es que la divinidad declara su presencia perenne para con su pueblo. Y esto es lo que el hombre necesita: saber que Dios no le ha abandonado ni lo abandonará nunca. El Dios de Israel es un Dios que se vincula profundamente con sus escogidos. Sabemos muy claramente que el deseo de unión y relación con un Dios presente y omnipresente es lo que anima hoy a toda espiritualidad cristiana. Vemos con nitidez que, tanto ayer como hoy, el hombre plantea a la fe una exigencia básica y fundamental: el Dios en quien creo ha de relacionarse conmigo profundamente. Y esto responde a la condición de toda persona, que es ser-con otro, condición favorable para que crezca la fe y se desarrolle en relación con el absolutamente Otro que es Dios. Esta realidad de la presencia de Dios es una categoría que ha de atravesar toda nuestra pastoral. ¿Acaso podríamos decir que el trabajo pastoral es otra cosa más que el intento por hacer presente a Dios en la vida de los hombre? Avancemos un poco más en la historia de este pueblo a quien Dios declaró su presencia perenne. Vemos que son librados, abandonan el yugo egipcio, cruzan el mar Rojo y comienzan el tiempo del desierto en camino a la tierra prometida. En el desierto el pueblo evidencia que su esclavitud era no sólo exterior (trabajos forzados, pobreza, etc.) sino también interior (actitud conformista), En esta esclavitud interior hallamos la explicación sobre por qué la tan anhelada libertad provocó descontento y no sólo dicha. La comodidad que proporcionaba el estar en Egipto no se encuentra en el camino del desierto, y el pueblo siente rabia y nostalgia, se dejarían esclavizar si pudieran. Estos sucesos en la historia del pueblo están llenos de contenido para nosotros, hombres de miles de años después. Son sucesos que nos cuestionan e invitan a afirmar algo casi inaceptable en la sociedad contemporánea: la libertad es difícil. Y más aún: "ser libre" no equivale a "estar cómodo". ¿Acaso estas dos ideas no chocan frontalmente con las vagas nociones de hombre libre que posee nuestra cultura? El sistema que hoy nos toca vivir nos ha hecho creer que la libertad está en elegir lo que quiero tener, y nos ahogan con ofertas cuyo atractivo último es siempre el de poder darnos alguna comodidad, algún gusto, algo que facilite la vida. Es preocupante ver cuán alejada está la idea generalizada que hoy se maneja de libertad, de la idea dada por la historia de este pueblo escogido por Yahvé. Muchos luchan hoy por distintas libertades: de pensamiento, de opinión, etc. La libertad que el pueblo de Israel estaba llamado a vivir era la libertad de quedarse con lo esencial, una libertad purificadora, capaz de sacar a la luz lo más propio y profundo del hombre: su ser creatura de Dios, escogida y acompañada por Yahvé. ¿Cómo promovemos esta mirada sobre la libertad en nuestra catequesis y distintos grupos pastorales? ¿Cómo vivo yo mismo, cristiano del siglo XX que termina, esa libertad que es desasimiento de las cosas y abandono de Dios? La oración del israelita viene a ser un grito de alerta: "Escucha, Israel, Yahvé nuestro Dios es el único Dios" (Dt 6,5), y que para nosotros sería: Escucha, hijo de Dios, Jesucristo es el único Señor de la vida". Habiendo pasado el desierto, el pueblo escogido llega a la tierra de Canaán. La conquista de la tierra y la promesa de servir a Yahvé realizada en Siquem, dan lugar a una etapa nueva y fructífera para la fe de los israelitas. En medio de muchos cultos idolátricos los israelitas comenzaron a vivir una crisis. Es cierto que asimilaron fácilmente algunos aspectos de los cultos cananeos, sobre todo en cuanto a ritos. Pero también es cierto que los israelitas fueron distinguiendo claramente su postura con respecto a la de los cananeos. Los cananeos tenían varios dioses: Baal, Astarté, Dagón, por medio de los cuales divinizaban la tierra y la fecundidad de la misma. Los israelitas en cambio, tenían muy claro que Yahvé es uno solo y que la tierra es un don de Dios. Con respecto a la sexualidad, los cananeos tenían la creencia de que era divina; los israelitas saben que la sexualidad corresponde al plano creatural. La magia era para los cananeos un medio frecuente; para los israelitas, al contrario, fue una cosa cada vez de menor importancia, pues confiaban en la palabra de Yahvé. El desafío vivido por los israelitas en Canaán fue muy grande. Tuvieron que ir respondiendo a muchas situaciones adversas a su fe, planteando con fuerza lo que les era propio y estableciendo más sólidamente sus bases religiosas...Es muy bello contemplar cómo desde tiempos tan antiguos se vive esta problemática doble y simultánea para la fe: mantener lo propio y esencial, acogiendo (y purificando) lo que ofrece la realidad circundante. Se hace evidente la conexión con lo que hoy llamamos "inculturación". Para la espiritualidad de este fin de milenio el desafío queda planteado: mantenerse fiel a lo originario y esencial en apertura (y discernimiento a la luz del Espíritu Santo) a la contingencia dada. Mirar así la historia del pueblo de Israel, como paradigma de salvación, no es un artificio, es una necesidad. Tal vez sea el primer paso para vivir esa fidelidad en apertura atenta y vigilante" (ESPINOZA Waldo, Primera prueba de Historia de Israel, en el Seminario Pontificio Mayor de Stgo., Mayo de 1999).
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