Indice SUBIDA AL TRONO DE JOSIAS Página Principal |
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(josias.htm; versión al 8.5.2000) XXVII) Judá hasta la subida al trono de Josías Después de la caída de Samaría los pequeños estados se sentían tentados de unirse contra Asiria. Judá tampoco se mantuvo al margen de tales seducciones. Esto lo observó y enjuició el profeta Isaías en Jerusalén muy de cerca. Su lema era "la quietud y la confianza serán vuestra fuerza" (Is 30,15). Isaías estaba convencido que con tales conspiraciones Judá sólo lograba llamar la atención, y al final nadie podía ayudarle. Además Judá tenía a su favor su situación geográfica. Estaba en una región montañosa, no en las llanuras costeras. Pero el año 713, la situación cambió. Se organiza una nueva coalición contra Asiria. La ciudad filistea Asdod suspendió los pagos de tributos y motivó a sus vecinos a imitarle. Buscan apoyo en Egipto y tientan a Judá a embarcarse contra Asiria. Isaías aconseja a Judá a que renuncie a esta alianza. Hace un signo: se pasea descalzo y con la parte superior del cuerpo desnudo correteando de un lado para otro para indicar que el rey de los asirios se llevará desnudos y descalzos a los egipcios y a los que pacten con Egipto (Is 20,1-6). Es muy probable que Isaías haya sido escuchado en Judá, ya que esta vez Sargón II sólo atacó a Egipto y no a Judá. El año 705 aC muere Sargón II y su hijo Senaquerib (705-681) le sucede. La sucesión produce inestabilidad temporal en Asiria, hubo sublevación general en todo el imperio, pero en cuatro años Senaquerib estabilizó el imperio. En este intertanto el rey de Judá, Ezequías, aprovechó de suspender los tributos, y sacó los símbolos cúlticos asirios que había en Jerusalén. 2 Re 20,12-19 dice que Ezequías recibió una delegación del rey de Babilonia (futura potencia) y fomentan el sentimiento antiasirio. Al parecer, Ezequías fortalece el túnel que trae agua desde la fuente del Guijón hasta la piscina de Siloé (2 Re 20,20). Después de que Senequerib logró reprimir al rey de Babilonia y se dirigió también contra Judá, asediándo Jerusalén. Ezequías quiere ahora ablandar a Senequerib prometiendo pagarle tributos, pero ya es demasiado tarde. Isaías interviene y profetiza que Judá debe resistir, ya que no será tomada, sino que la mano de Dios caerá sobre Asur (Is 17,12-14). Jerusalén con su rey Ezequías fue cercada por las tropas asirias. Senaquerib dice: "A Ezequías le cerqué en Jerusalén, su residencia, como a un pájaro en su jaula y le hice imposible salir de las puertas de la ciudad". Pero Jerusalén se salvó, Ezequías permaneció en el gobierno, no fue conquistada. La razón no está clara. La Escritura (2 Re 19,35-37; Is 17,14) dice que un azote vino sobre el ejército asirio y que tuvo que retirarse. El ángel de Yahvé habría castigado de noche al campamento asirio matando a muchos hombres. Se ha pensado generalmente en una epidemia. Ezequías tuvo que pagar eso sí un gran tributo a Senaquerib, renovando su vasallaje. Senaquerib tuvo que volver a Asiria por una sublevación interna. Fue asesinado (2 Re 19,37). Judá se vió despojada por los tributos. Ezequías siguó reinando hasta el año 687, pero ya era un reino en decadencia. El reinado de Manases (687-642; 2 Re 21,1-18; 2 Cr 33) Para el redactor bíblico (2 Re 21), el largo reinado de Manasés es el de una recaída en la idolatría. Reintrodujo los cultos paganos (a Baal, a la fertilidad), y los cultos asirios (toda la milicia celeste, el culto astral de los asirios (2 Re 23,5). El hijo de Senaquerib, Asardón logró conquistar Egipto. Pero Asiria comenzó a declinar como potencia rectora, y debió abandonar Egipto, el cual comienza a liberarse, logrando la independencia a partir del 633 tras el hundimiento asirio. A Manasés le siguió su hijo Amón (2 Re 21,19-26) pero por muy poco tiempo y fue asesinado, le sucede su hijo Josías de 8 años. Su madre habría gobernado al comienzo. |